Angie Berrocal, esposa de Reimond Salas, jugador del Santos de Guápiles, contó a La Teja su ruda batalla contra el cáncer de mama y envió un mensaje de esperanza para todas las mujeres.
Este jueves se conmemora el Día Internacional de Lucha contra el Cáncer de Mama y por eso Angie, de 29 años, narró su historia de lucha, de valentía y el apoyo que recibió de su marido y familia.
“Son procesos duros, mentalmente hay que estar al cien por ciento porque te derrumba el proceso, a mis 28 años descubrieron el cáncer y terminé mi cirugía hace cinco meses”, empezó diciendo.
- ¿Cómo descubrió el cáncer?
Fue mi esposo, sin decirlo morbosamente, él pasa palpando y es quien pasaba pendiente. Un día tocó una bolita, me lo dijo y le respondí: “Me salió otro quiste” y no le di importancia. Un par de meses después, estaba acostada, me toqué la bolita y estaba más grande, entonces él me dijo que al otro día íbamos a sacar cita para un ultrasonido.
Y así fue. Para sorpresa de los dos nos dieron la noticia de que era un tumor y que había que hacer una biopsia lo más urgente posible para descartar cualquier cosa.
- ¿Entonces mucho del proceso fue por Reimond?
Siento que el noventa por ciento es de él, de apoyar en este proceso porque son cosas duras y si él, que es mi esposo, no está conmigo, uno se derrumba. Uno necesita ese apoyo. Es un gran esposo y un excelente papá.
- ¿Cómo hicieron con la hija de ustedes?
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Fue difícil (acababa de cumplir seis años) porque al principio, cuando no sabíamos los resultados, había que esconderle el miedo a ella y cuando nos dimos cuenta, el doctor dijo que no le habláramos nada de la enfermedad, solo había que decirle que mamá estaba enferma y que la tenían que operar.
Pero fue complicado esconderle cosas a ella, es madura y quería saber por qué yo lloraba, por qué tenía que ir a las citas, entonces le hablamos y le dijimos que mami tenía una bolita en el pecho y que la tienen que operar.
- Y con la quimio y la pérdida de pelo, ¿cómo hizo?
Esa fue otra parte complicada, un día le dijimos que a mami se le iba a caer el pelo y no comprendía, mentalmente estábamos devastados, le preguntamos que si le iba a dar vergüenza ver a mami así. Era difícil, me tuve que encerrar en el baño y mi esposo consolándome, pero asimiló la noticia. Me pidió perdón y me dijo que no me iba a ver fea, que me iba a ver linda y ese apoyo de ellos fue fundamental.
- ¿Qué tan fundamental es tener una actitud positiva?
Siempre tuve fe y actitud positiva porque si uno tiene mala actitud se derrumba, cae en cama, se deprime. Con una actitud positiva, la quimio hace efecto bueno.
- ¿Cómo fue el primer día de la quimio?
Mi primera sesión de quimio fue terrible, yo dije: ‘No lo logro’. Ese día me di por vencida y en mi cabeza pensaba: ‘¿Quién va a cuidar a mi bebé?’. Le pedí a Dios que me diera fuerzas para resistir y Dios me escuchó porque al día siguiente me sentí bien y dije: ‘Suave, suave, yo voy a poder con esto, vendrán días duros, pero voy a poder, vamos a poder’. Y nos agarramos los tres de la mano de Dios, a mi hija le gusta mucho rezar, ir a misa, íbamos a la basílica y pedía que eso se me tenía que salir de la cabeza. Dios escuchó cada oración. Soy de esos casos que dicen que no hay una explicación, la doctora dijo que era un milagro de Dios.
- ¿Perdió el seno?
Sí lo perdí, pero no me preocupa. Si no tener un seno implica tener más años al lado de mi esposo y de mi hija, es algo sin importancia. A uno le dan una prótesis y espero una reconstrucción que se la da a uno la Caja.
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- A usted le gusta ir al estadio, ¿cómo hizo con esa parte?
La actitud y la fe es fundamental. Nunca estuve encerrada, nunca estuve deprimida, quienes vivieron el proceso, los compañeros de Grecia, me decían que era muy carga y valiente. Si tenía quimio hoy, mañana estaba en el estadio, con mi bebé peinadita, viendo a Reimond, aunque me sintiera mal. Iba con mascarilla porque no podía mezclarme con la gente porque mis defensas estaban bajas. A veces me ponían en el palco, cuando perdí el cabello, me compré una peluca, pero nunca dejamos de ir al estadio.
- Angie, usted es una mujer joven, ¿qué tan importante es estar pendiente pese a la juventud?
Mi caso fue complicado porque en las personas jóvenes es más agresivo, entonces llegué complicada, con cáncer en estado T4 (1 es el mejor diagnóstico y el 5 el peor) y me estaba agarrando el músculo, dos costillas. Por lo pronto yo estoy libre y sana de la enfermedad, en agosto terminé con lo último del proceso que fue la radioterapia y de allí ya toqué la campana. Ahora tendré exámenes de control cada cierto tiempo.
- ¿Un mensaje a las mujeres, sobre todo a las jóvenes que podrían bajar la guardia?
Aunque suene extraño, que se toquen todos los días, tenemos que cambiar la información porque se dice que luego de 35 - 40 años es que uno debe hacerse estudio y no, a las mujeres jóvenes también les puede dar. Palpen, toquen, no es malo, no le tenga miedo a la enfermedad. Y nunca pierdan los chequeos regulares.