El exportero Anthony Vargas, quien falleció este lunes producto de un infarto, quería someterse a más chequeos médicos, para ver si podía retomar su carrera.
Vargas era el preparador de porteros de Guadalupe y en las últimas semanas le contó ese anhelo que tenía al exasistente técnico del cuadro josefino, Randall Porras.
Anthony tuvo que colgar los tacos en el 2016, luego de que le diagnosticaran una miocardiopatia hipertrófica, que provoca un aumento en el grosor de las paredes del músculo cardiaco.
Porras recordó que la última vez que conversaron, Vargas, que tenía 29 años, le había manifestado su frustración por colgar los tacos a tan temprana edad.
“Recordamos que su problema se lo detectaron a los 23 años, cuando estaba muy joven y en ese momento él me dijo que quería hacerse exámenes para ver si su padecimiento había desaparecido.
29 años tenía el exportero
“A mí se me vino a la mente el caso de Gabriel Badilla y le dije: ‘tené cuidado con eso, te podés sentir bien, llevar una vida normal, pero otra cosa es ser un atleta de alto rendimiento, no quiero que nos pegués un susto’ y él me dijo que estaba desconcertado por ser tan joven”, manifestó.
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Porras recordó de Tony --como le llamaban de cariño-- su pasión por la música, pues le gustaba cantar y componer y hasta tuvo influencia en la escritura y la vocalización de la canción oficial del club.
“De vez en cuando le gustaba salir, cantar en karaoke y era una persona trabajadora, callada, en su mundo, a veces desayunábamos juntos y siempre lo veía haciendo ritmos con las manos, era amante de la música“, destacó.
“Me puse a llorar”
Luis Torres, portero de Sporting, conoció a Anthony cuando llegó a Belén, en el 2016 y con el paso de los años fueron construyendo una sólida amistad.
“Conozco a Tony desde que salí de Cartago y fuimos compañeros en Belén y meses después de que llegué al club le diagnosticaron su problema cardíaco.
“En ese entonces, Robert Garbanzo (hoy el gerente de Guadalupe) lo puso en la parte de oficinas y ya luego siguió como entrenador de porteros, pero él siempre se veía bien, sabía que tenía un problema cardíaco, pero se mantenía saludable”, afirmó.
Torres recordó que hace dos días conversó con Vargas y en ningún momento le comentó que se sintiera mal, ni que hubiese buscado atención médica por su padecimiento.
“Pasaba mensajeándome con él, siempre pasaba pendiente de mí, lo quiero demasiado, porque tengo años de conocerlo y en ningún momento me dijo que le dolía el pecho o algo por el estilo.
“Habíamos hecho un círculo de porteros muy cercano, con él, con Luis Diego Sequeira y Alejandro Barrientos, nos llevábamos muy bien. Era una persona sumamente increíble, un buen compañero, excelente entrenador”, aseguró.
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Luis nos contó cómo se dio cuenta de la lamentable noticia.
“Hoy (lunes) después del entrenamiento tenía llamadas de Lautaro (Ayala), (Alejandro) Barrientos, de los utileros. Al primero que llamé fue a Alejandro y él me contó lo sucedido.
“Me sorprendió y me dolió, me puse a llorar, porque es una noticia que nadie espera, duele demasiado y ahora queda esperar detalles para darle una despedida como se merece”, resaltó.
- ¿Cómo recuerda a su amigo?
Le gustaba meditar, se enfocaba en su paz mental, en su tranquilidad, cualidades que muy pocas veces ve uno en una persona, era muy dedicado, analítico con el trabajo de los porteros y siempre, dependiendo del equipo con el que íbamos a jugar, planteaba los entrenos, era muy esforzado en su trabajo.