El técnico costarricense del Suchitepéquez, Robert Arias, vivió una verdadera pesadilla futbolística el pasado sábado cuando recibió una amenaza de muerte antes de jugar contra Sololá, en el estadio Xambá.

La mejenga era del campeonato de primera división chapina, el cuadro de Robert está en una complicada situación en la parte baja de la tabla y su rival también tiene urgencia de puntos por estar en zona de descenso, de ahí la tensión de la mejenga que perdió (1-0) el Suchi.

“Los árbitros reportaron que fueron amenazados de muerte. A mí casi me pegan entre cuatro personas antes del partido, pero me la libré, pude salir corriendo (risas), pero sí estuvo bastante difícil allá, fue una situación bastante complicada”, señaló Arias, quien está al frente de este club desde el 4 de marzo de este año.

“Uno de los muchachos me dijo ‘te voy a matar’, eso lo viví yo, el equipo como tal y por dicha no se sacó el resultado, por eso no pasó a más, si hubiera sido el resultado diferente no se cómo hubiera terminado, porque al asistente le pegaron durante el partido por la nuca, fue un aficionado de ellos, estando la Policía Municipal a la pura par y no hicieron nada”, agregó el DT.

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El cuadro de los Venados salió tarde al terreno de juego y Arias explicó que fue porque estaban pidiendo más seguridad, pero después no les quedó de otra que jugar.

Esta es la primera experiencia así de fuerte que vive Robert, quien confesó que pasó el partido muy estresado porque hasta el animador del estadio estaba calentando a la gente.

“El señor de los altoparlantes estaba diciendo, ‘bueno, hoy no se acreditó ningún medio de comunicación’, como incitando a la violencia, a hacer esas cosas porque no iba a haber nadie, de todo nos tiraban escupas, agua, de todo y la policía a la pura par y no hizo nada”, recordó.

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El entrenador dice que lo futbolístico en esta ocasión queda de lado, porque el árbitro también está tenso y empezaba a pitar todo en contra de ellos por ser visitantes.

“Le digo que cómo nos va a hacer eso, porque nos quitó un penal, no nos lo pitó y después pitó uno inexistente, entonces le digo al cuarto (árbitro), ‘¿cómo es posible que nos haga eso?’ y entonces me dice: ‘profe discúlpeme, se nos sale de nuestras manos, usted entenderá, de verdad discúlpenos, no podemos hacer nada’", recordó con cierto todo de incredulidad.

Arias se reunió este martes con la dirigencia del Suchitepéquez para tomar algunas medidas internas, además espera que la Federación Guatemalteca de Fútbol tome cartas en el asunto.

“Primera vez que estaba deseando que terminara el partido, nos gritaban y tiraban de todo y no queda más que hacer como que sonreíamos para que no pasara a más. No se podía ganar, lamentablemente no se podía, es algo nunca antes vivido, no tenía uno armas para poder decir voy a intentar ganar el partido”, indicó.

“Nosotros salimos tranquilos, no hubo problema porque todo sucedió como tenía que suceder”, indicó Arias.

Según el exrojiamarillo, todas las amenazas se dieron entrando a la cancha y durante el calentamiento.

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“Había gente dentro del estadio que andaba armada, gente particular que se metió también en el camerino de los árbitros. Aquí las armas las andan como andar una cuchilla, como los señores de antes que la andaban sobre la faja, así las andan aquí, es normal hasta mujeres con pistolas en el pantalón guindando”, dijo sorprendido.

Robert dice que sabe como se maneja la situación en Guatemala y aunque quedó medio nervioso, no está pensando en regresar a Costa Rica.

“Uno ya tenía que saber que el resultado se tenía que dar. El animador decía ‘hoy se gana o se gana’. Hay que seguir adelante, son cosas que le pone Dios a uno, no todo el fútbol de Guatemala es así, pero no queda de otra, hay que seguir adelante", dijo con confianza.

Árbitros en las mismas

Según una publicación del diario La Prensa Libre de ese país, los árbitros también sufrieron en esa mejenga.

“Informo que cuando nos dirigíamos a los camerinos, una persona no identificada nos empezó a insultar y a decirnos ‘si Sololá no gana el partido, de acá no salen vivos’”, explica el árbitro José Herrera en su informe.

“Posteriormente llegaron a la puerta de los camerinos dos personas semitapadas del rostro, también a decirnos lo mismo. Esto ocurrió cuando aún no había llegado la Policía Nacional Civil, al llegar la misma, todo estuvo dentro de lo normal”, agregó.