Hace menos de un mes, Puntarenas FC sorprendió con el despido del técnico Horacio Esquivel y llevó como su sustituto a Alexander Vargas, a quien pocos conocían y referenciaban en la provincia.
El carisma del profe Esquivel, su verbo contundente y lógicamente, conseguir el ascenso a la primera división, hizo que tuviera a la afición en la bolsa, por eso cuando se lo volaron el seguidor porteño se molestó.
Vargas llegaba con el reto de “callar bocas” y con la poca confianza que le tenían al inicio buscó demostrar muy rápido que la cosa no era así, a pesar del poco tiempo de trabajo.
El técnico es el primero que sabía de esa situación y reconoce que al principio las críticas eran durísimas, pero no le puso oídos a nada de eso y en su lugar se puso a trabajar.
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“Al principio, cuando se da mi nombramiento el 4 de julio, hubo muchas noticias negativas hacía mí, yo soy consciente de las dudas que había, pero eso fue una inyección para mi cuerpo técnico, asistente y todos, y eso la verdad que nos dio fuerzas para demostrar qué podíamos hacer”.
“Lo he dicho mucha veces, ni siquiera Dios ha podido quedarle bien a todos, porque hay gente que no cree en Dios y yo tengo mucho por demostrar. Sé que mi carrera está iniciando y es un camino muy largo. Tampoco vamos a tirar las campanas al aire por estos resultados, sabemos que no es fácil”, dijo.
Antes de dirigir al Puerto, Vargas solo había dirigido a Guadalupe en la primera, equipo del que salió en octubre del 2021 para darle espacio a Wálter Centeno y desde entonces -afirma- se estuvo capacitando.
También tuvo experiencia dirigiendo en la segunda división, cosa que afirma le ayudó a crecer y a consolidar su visión de fútbol.
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“Al principio los comentarios eran malísimos, es la verdad; muchas veces la gente, por no decir la mayoría, menosprecia el fútbol de la segunda división y ahora que estuve ahí, me di cuenta cómo se trabaja, muchas veces con limitaciones, con mucho esfuerzo y me hizo valorar muchas cosas”.
“A mí también me gusta estar pendiente de las nuevas tendencias y aproveché ese tiempo, hice cursos, también he estado muy compenetrado con la liga menor. En el que equipo en el estaba también era coordinador de esa área y me hizo madurar, me hizo ver que el fútbol es el mismo al final en una primera o segunda división, lo que cambian son las condiciones como el salario, canchas, pero la idea yo la tengo clara de lo que quiero para que mis ideas vayan dando frutos”, agregó.
De los comentarios malísimos a dirigir al equipo sensación en el arranque del torneo, las cosas cambiaron rápido para el técnico porteño; al final es el trabajo el que determinaría la realidad.