Alajuelense derrotó 3-0 al Verdes de Belice, sigue triunfando en la Copa Centroamericana, es líder de su grupo con seis puntos y ganó de visita, entonces ¿cuál es el problema?, ¿por qué le siguen tirando?
Vamos a ver, un 3-0 ya se considera goleada, muchos podrían pensar y decir que la ofensiva estuvo bien, pero todo depende del cristal con qué se mire y analice el partido.
El sitio web de Concacaf aporta el dato que los manudos realizaron 16 remates en todo el partido, que tuvieron un 70% de posesión de pelota ante un rival que era muy limitado y que hasta después de los 75 se animó a salir en contras, antes no se asomaba ni a media cancha.
Al ver esas cosas es donde se puede decir que el 3-0 de este martes no se quedó corto, sino cortísimo, los manudos tenían para agarrar el que por mucho es el rival más limitado del grupo y meterle cinco, seis, siete, ocho.
Analicemos esto, el Motagua, equipo con el que se podría pensar que los rojinegros pelearán el primer lugar del grupo, la semana pasada ganó 5-0 en ese mismo campo en Belice. Si catrachos y ticos llegaran a la última fecha con los mismos puntos en la que se enfrentan entre sí, los goles que le clavaron al Verdes podrían terminar definiendo la jugada si quedaran empatados.
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El sinsabor además viene por otro partido lleno de imprecisiones y por la cantidad de ocasiones creadas versus los goles anotados, en el primer tiempo lo de la Liga fue dramático.
La accidenta transmisión de ESPN, que solamente estuvo en la aplicación Star Plus, la cual no tuvo audio los primeros seis minutos, destacó lo mismo, que los erizos debían ir goleando, pero que su falta de precisión salía cara.
Fue un misil desde afuera del área de Michael Barrantes, a los 41 minutos, lo que sacó al León de la congoja de producir y producir y no ir ganando ante un rival al que tenía que ir goleando.
El zurdazo de Michael fue imposible para el guardameta argentino Nahuel Pérez, acción que se coló al ángulo para darle la ventaja a los rojinegros antes de irse al descanso.
Antes del pepino de Michael, lo habían intentando Joel Campbell, Joshua Navarro, Celso Borges y Esteban Cruz, quienes o fallaban sus remates frente a marco o el toque tico se volvía muy confuso y no acababa en nada.
Para Miguel Ajú, arquero rojinegro, salvo un tiro a los 45 minutos, la mejenga era un día de campo, sin llegadas del equipo local.
Al regreso para el segundo tiempo, las cosas no cambiaron en nada, la Liga seguía pulseándola y fallando ocasiones de lo lindo. Por diversas factores las cosas no terminaban en gol.
Fallos de definición, bolas al poste y hasta una que otra tapada del arquero del Verdes, quien fue de lo mejorcito del flojo rival de los ticos.
Freddy Góndola la estaba pulseando, hay que decirlo, era de los más esforzados, pero volvemos a lo mismo, era fallo tras fallo hasta que al menos otra entró.
Entrando por la banda derecha, el panameño remató, Pérez rechazó, la bola le quedó a Joel, se acomodó, tiró y en la línea sacaron la pecosa, en el otro remate, el canalero ahora sí definió. La bajó de pecho y de derecha la mandó al fondo al 53.
El 2-0 por lo menos daba esa sensación de seguridad ante que cualquier chiripazo del rival.
Ojo que los locales en los últimos quince minutos tuvieron, al menos, tres chances para descontar, ahora sí Ajú le tuvo que poner en un par y a eso se le sumó un palo, un rival tan limitado le sacó un par de sustos al León.
Más de uno podría decir, con eso el partido podía ir 2-2, pero si hablamos de supuestos y de lo que podía haber sido, entonces era para que fuera 6-2.
Ya al cierre cayó el tercero, centro de Martínez por la derecha de buena manera y Aarón Suárez que entró de cambio al medio tiempo entró para cerrar y al menos mostrar un 3-0 que fue un poco más acorde a lo visto; sin embargo, la Liga con su planilla y calidad no se puede conformar con esto.