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En Alajuelense sumaron contra Grecia, pero una frustración más porque aunque los erizos se llevaron un punto tras el 0-0, el equipo parece ir en picada y podría hasta complicar su clasificación si sigue así.
Otra vez su técnico, Andrés Carevic, terminó desesperado, pegando gritos, pegado a la línea de juego, esperando al menos una, un golcito que les diera un triunfo, pero no hay caso.
El empate es otra decepción amarga para el León y que posiblemente puso a muchos manudos de nuevo de mal humor y con cólera, viendo que su equipo no camina como quisieran, un conjunto que no encuentra caminos y se va olvidando de objetivos.
El primer lugar para los erizos, olvídense, que ya no es una opción, perdiendo puntos en cada fecha no hay cómo se logre, ahora la prioridad tiene que ser clasificar, hay que realistas y ver las cosas como son. En el discurso de Carevic se nota que ahora está enfocado en clasificar y punto.
Los partidos de la Liga en esta segunda vuelta se repiten una y otra vez, es la misma cosa, solo que con diferentes rivales, llegar y llegar sin que tenga la capacidad para concretar, algo que no saben resolver. De sus últimos 15 puntos, apenas ganaron cinco.
Si hilamos más delgado, el asunto luce más complicado, en nueve partidos de la segunda ronda, suma solo ocho puntos, solo ha ganado dos ante Guanacasteca y Pérez Zeledón y empatado dos, el de Herediano el domingo anterior y el de este miércoles.
Andrés Carevic podría llegar a la conferencia de prensa --como lo hizo-- y decir que generaron mil ataques por las bandas, que entraron por aquí y por allá, que el volumen ofensivo está y demás argumentos, pero como dice el dicho, no hay chocolate sin cacao y eso es lo que le falta a la Liga, cacao, sabor.
La única que entró este miércoles, a los 28 minutos, fue una de Johan Venegas, pero que no contó porque estaba adelantado por un pelito y tal vez de una pestaña.
Otra vez Venegas se comió al menos un par muertas, un cabezazo frente a marco a los 39 minutos luego de un jupazo que Alfonso Quesada le sacó a Alexis Gamboa; otra vez el meta occidental fue figura. Los mismos lamentos en todos los partidos.
Mientras que el empate para los erizos es amarguísimo, para las Panteras, aunque el duelo era en su casa, es más dulce, porque ya le sacó puntos a uno de los rivales pesados en este cierre de campeonato, para no jugársela con el descenso.
Los griegos, incluso, hasta tuvieron un par de opciones claras a su favor. Apúntenle el remate al minuto 18 de Johan Bonilla que Leonel Moreira despejó sobre el horizontal y que llevaba peligro.
Hay que decirlo, parece que Carevic se tardó con los cambios, pues mientras que Mauricio Wright ajustó su equipo y a los 60 minutos ya metió variantes, el manudo lo pensó un montón y ninguna de sus propuestas sumó nada a larga.
¿Será ese el problema? ¿que el entrenador se espera de más porque lo que tiene en banca no lo convence tanto? El primer cambio llegó hasta los 72, cuando Freddy Góndola entró por Carlos Mora y a los 79 Doryan Rodríguez por Aarón Suárez.
Con la Liga urgida de ganar el partido, ¡Andrés tira tres cambios a los 87 minutos! Un movimiento tan fuerte cuando queda tan poco tiempo es difícil de interpretar.
Ángel Tejeda, Rashir Parkins e Ian Lawrence apenas entraron para contarlos en la estadística.
Los erizos visitan Cartago el domingo y a como andan, que se pellizquen, porque un equipo con pegada como el blanquiazul le puede cobrar muy caro eso de quedarse apenas en el uy de cara a marco y ahí la clasificación sí se puede poner color de hormiga.
