¿Dónde habrá quedado la esencia de aquella famosa frase de Alejandro Morera que tanto manosearon en Liga Deportiva Alajuelense y que terminaron por desvirtuar?
El Mago del balón solía decir: “Si la vida hay que darla en el campo de juego, la vida se da”. Pero cuando muchos jugadores actuales se llenan la boca con esa frase, no es nada más que palabras sin sentido.
¿Dónde quedó aquel pundonor que reflejaba Mauricio “el Chunche” Montero dentro del terreno de juego cuando se chollaba las nalgas. Incluso llegó a terminar un juego con una fractura de nariz a pesar del dolor que sentía.
¿En dónde quedaron aquellos jugadores manudos como Alejandro González que no dormían si perdían un partido?
Hoy la Liga es una sombra de lo que fue, la identidad del equipo se perdió y el pundonor, el coraje, la entrega y la vergüenza deportiva están en un segundo plano para jugadores que adoran más un buen salario, la comodidad del CAR y los chineos, que los títulos.
Ahora se conforman con poco en lo deportivo y se acostumbraron tanto al fracaso que salen de los juegos como si nada hubiera pasado después de perder finales o semifinales. Esa reprochable actitud es la que enferma cada vez más a una leal afición manuda, que a pesar de que nunca abandona al equipo siempre recibe el mismo trato inmerecido por parte de sus “estrellas”.
Ganar solo un título en los últimos 18 torneos y que Saprissa le saque una diferencia de 31 clásicos son los números que destapan la pésima realidad deportiva de un club que tenía acostumbrados a sus aficionados rojinegros a sentirse orgullosos de sus colores.
Jugadores, dirigentes, cuerpo técnico e incluso el personal administrativo son complices de esta pesadilla interminable.