Liga Deportiva Alajuelense destinó una esquina de su estadio para una dedicatoria muy especial a su exportero Carlos Alvarado.
El popular “Aguilucho” fue pintado en una pared del estadio manudo volando bajo el marco, como lo hacía en sus mejores tiempos.
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Alvarado se convirtió en ídolo erizo entre 1944 y 1960. Según datos del periodista Rodrigo Calvo, Alvarado jugó en 159 partidos oficiales y se coronó seis veces campeón nacional, en 1945, 1949, 1950, 1958, 1959 y 1960.
Durante este año del centenario, los liguistas han pasado homenajeando a sus exjugadores, en esta ocasión también resaltaron que el reconocimiento sea en vida y no como suele pasar que se les agradece después de fallecidos.