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ADN de Saprissa no falla cuando enfrenta a Alajuelense

Saprissa consiguió su primera victoria del torneo al ganarle el clásico a Alajuelense con ADN de papá

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El ADN morado renació y las caras de los jugadores reflejaron la emoción. (Rafael Pacheco Granados)

El famoso ADN morado puede perderse de ratos, pero queda claro que cuando tiene al frente a Alajuelense renace con todo su esplendor.

El León no quería levantar muertos, en este caso a un Monstruo que era último y que no había ganado en el torneo, pero una vez más demostró su vocación natural de darle aliento y vida a su archirrival cuando más lo necesitaba.

El triunfo de 1-0 de los morados ante los manudos este domingo, con el agónico gol de Jaylon Hadden al minuto 97, les sirve para cortar una racha de seis meses sin ganar de visitantes, para celebrar su primera victoria del certamen, para salir del último puesto y para demostrar que los clásicos y los escenarios importantes son lo suyo.

Sea como sea, con muchas bajas, arrastrando récords negativos históricos, con muchas dudas sobre su forma de juego y hasta con el riesgo de que una derrota más lo podía dejar sin técnico, el Monstruo siempre se sale con la suya ante el León y lo dice la historia, la mística, el ADN morado.

Solo hay que recordar las semifinales del Clausura 2021, la final del Apertura 2021, la Súper Copa 2021 o cualquier clásico en el último año, el resultado últimamente siempre termina con alegría tibaseña, aunque muchas veces los rojinegros eran los que llegaban como favoritos.

Jaylon Hadden celebró el primer gol de su carrera con Saprissa y en qué momento. (Rafael Pacheco Granados)

Esta vez a Saprissa le valió un único remate a marco para llevarse los tres puntos, ese cabezazo de Hadenn en la última jugada del juego, que dejó a los manudos una vez más con un colerón de los once mil diablos por la impotencia.

Porque si queremos hablar de rachas, contemos que el León tiene casi diez meses sin ganar un clásico, desde aquel 5-0 en abril pasado, que igual al final no sumó mucho porque el Monstruo se llevó la copa en ese torneo. Son ocho partidos ante el archirrival sin ganar.

La paternidad morada se acentúa de tal manera que Saprissa no necesita ni jugar bien para ganarle a la Liga, puede venir de la peor manera que de cualquier forma siempre se sale con la suya. Si eso no es paternidad, entonces que alguien nos explique qué es.

Ángel Catalina hasta se hincó para celebrar el agónico triunfo de su equipo. (Rafael Pacheco Granados)

Y el discurso de los jugadores manudos y del técnico Albert Rudé, luego de la mejenga, es que jugaron mejor y solo les faltó el gol. Pequeño gran detalle. Ahhh salvada, a ver si un solo aficionado rojinegro encuentra consuelo con eso, entre la chota y el bullying que se les avecina.

Al entrenador erizo también le cae su buena cuota de bronca, ya que sigue sin ganarle al Monstruo ni dar el do de pecho en los partidos importantes, los que se quedan grabados en la memoria de la afición. Su deuda sigue siendo grandísima en ese aspecto.

Cambio de planes

No cabe duda que la prohibición de que jugaran los futbolistas extranjeros sin su permiso de trabajo es algo que metió mano de lleno en las alineaciones y el modo de juego de ambos equipos.

Pero las broncas de Saprissa iban mucho más allá de no contar con Darixon Vuelto ni Víctor Medina, ya que también tenía las ausencias de Kendall Waston, Ricardo Blanco, Ariel Rodríguez y Ulises Segura por lesión y la de Aubrey David por sanción.

Alajuelense tenía frente a sí a un rival bastante mermado en ese aspecto; sin embargo, la ausencia de sus extremos, el panameño Freddy Góndola y el argentino Israel Escalante, le restó velocidad, profundidad y picardía, lo que le hizo falta a casi todo el juego.

Para sacar algo de la Joya de La Sabana, el Monstruo le comía algunos segundos al reloj cuando era necesario, principalmente de parte del portero Aarón Cruz. Los visitantes jugaron a sostener, a esperar, a lo que pudo; ya en el segundo tiempo no produjo casi nada, pero la única que tuvo fue una explosión de júbilo. Pero no nos adelantemos y repasemos lo que nos dejó el clásico.

Al primer minuto de la mejenga, ya Aarón apareció como protagonista, al desviar de buena manera un remate de Yael López, al que le faltó potencia, pero que dejó tensos a los morados, que seguro pensaron que se le podía venir un día duro.

Los aficionados manudos, una vez más, se quedaron pidiendo explicaciones. (Rafael Pacheco Granados)

Pero no lo fue, no fue un día duro porque el León jamás supo cómo matarlo, como ahogarlo, sin sus extremos parece que no tenía ideas para generar peligro. La otra acción peligrosa de los locales fue un cabezazo de Johan Venegas al 25′ y pare de contar.

Saprissa lo único que llevó fue un bombazo fuera del área de Mariano Torres, que se fue cerquita, pero su limitada alineación no le permitía crear mucho juego, más cuando figuras como Christian Bolaños andan desconectadas, no se puede hacer chocolate sin cacao.

Ante la situación de los foráneos, Bryan Ruiz fue titular, pero sus intentos en la media fueron casi a nivel de solista, porque los tibaseños amarraron a Aarón Suárez. Ante las ausencias, la “S” se fajó a defender, en lo que sí estuvo correcto.

En el segundo tiempo, cuando ingresó el hondureño Alex López, quien jugó por primera vez en este torneo, la Liga creció un poco y llevó un poco más de peligro al marco morado.

Al 69′, el catracho trató de sorprender con un tiro de esquina, David Guzmán estaba bien pellizcado y la sacó cuando iba a marco. Dos minutos después, Carlos Mora reventó un remate en el vertical derecho del marco de Cruz.

Los manudos quedaron fríos con este cabezazo de Jaylon Hadden. (Rafael Pacheco Granados)

Faltando cinco minutos, Bryan Ruiz la tuvo cerca, un remate al frente del marco que no pudo enderezar y Aarón tomó sin problema. Los manudos buscaban otro triunfo en los últimos instantes, como el que consiguieron ante Cartaginés, la presión de los últimos minutos era fuerte.

Cuando el cuarto árbitro mostró los siete minutos de reposición, se pensó que le quedan siete minutos a la Liga para ganar, porque la “S” estaba echada atrás, pero Hadden primero dio el aviso de lo que se venía con un cabezazo que se fue al tiro de esquina.

Luego cayó el baldazo de agua fría para los manudo, uno más, cuando el chamaco tibaseños se elevó entre la zaga eriza y la mandó al fondo a los 97 minutos. Impotencia pura rojinegra.

Toca ver hasta dónde la motivación de una victoria como esta le da a los morados para competir el miércoles ante el Pumas de México por la Liga de campeones de la Concacaf, pero al menos su archirrival le ayudó a subir el ánimo una vez más. Eso más bien parece un compa.

Sergio Alvarado

Sergio Alvarado

Periodista de La Teja, especializado en deportes. Graduado de la Universidad Internacional de las Américas.

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