El paracaidismo es un deporte que se puede calificar como seguro, ya que las lesiones no son habituales. En Estados Unidos, por ejemplo, solo 1 de los 1.536 saltos en caída libre que hubo en 2018 acabó con algún tipo de lesión. O sea, apenas un 0,07% del total de saltos.
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Sin embargo, cuando algo falla en este deporte, las posibilidades de que la lesión sea grave son muy altas. Claro que también existen los milagros.
Uno de estos sucedió esta semana en la localidad de Trois-Rivières, en Quebec de Canadá, cuando una mujer se tiró desde un avión y cuando estaba a 1.500 metros de altura sus paracaídas fallaron, no le abrieron.
La policía señaló que no se darían a conocer el nombre de la accidentada.
Los testigos la vieron caer a gran velocidad hasta una zona montañosa, en la que acabó estrellándose contra unos árboles que, en realidad, le salvaron la vida. Varios de ellos, en declaraciones a medios locales, calificaron el caso como un ‘milagro’.
La mujer, de 30 años y experimentada en el paracaidismo, tiene varias fracturas (entre ellas algunas vértebras), pero se recupera debidamente en el hospital (se espera que pueda hacerlo al 100%) y parece que nada hace temer por su vida.
Eso sí, la policía ya está investigando el caso por si hubo alguna negligencia.
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Denis Demers, quien vio el incidente, le dijo a CBC que la paracaidista estaba cayendo más rápido que nadie.
“Es un milagro. No sé cómo una persona puede sobrevivir a una caída desde un avión como ese”, dijo Demers.