A esta nave es un gusto verla trabajar

El machetito de trabajo de don Guido Antonio Zúñiga Chinchilla es un hermoso Isuzu Wasp, modelo 1972, el cual a pesar de que ya está viejito y de andar de arriba abajo con su dueño, no significa que ande descuidado ni nada por el estilo.

Para este vecino de Ochomogo es ley andar su chuzo bien chaneado, porque tiene un taller de pintura automotriz y sabe que no puede manejar un carro en mal estado porque todo entra por los ojos.

Otro punto importante por el cual anda la nave siempre impecable es que probablemente se trate de un carro único en el país, pues según contó no haber visto otra como la suya en las calles ticas.

Este chuzo es un claro ejemplo del cómo tener un carro de trabajo con una perlita muy bien cuidada a pesar de que cuando su dueño lo compró estaba hecha leña.

–¿Cómo consiguió el carro?

A un concuño le pinté el carro y él me ofreció pagar el trabajo con este carro y lo acepté. Cuando me lo dio estaba hecho un gajo, lo recibí porque ya me había comprometido, estaba muy maltrado.

–¿Qué le tuvo que hacer?

Empezar a conseguirle cosas que no tenía, los focos venían agarrados con un alambre, el acelerador era una liga con un resorte, los asientos y el techillo por dentro estaban todos despedazados, no tenía vidrios en las puertas, una de estas no tenía trancas y le pusieron un picaporte por dentro. Me costó mucho restaurarlo y que no diera vergüenza andarlo.

–¿Hace cuánto lo restauró?

Hace como 15 años, yo lo pude haber recibido hace unos 15 o 18 años, así que tengo bastante tiempo de tenerlo.

–¿Tuvo que invertir mucha platica para repararlo?

Prácticamente no, porque como yo trabajo en esto, le he ido haciendo todos los arreglos. Por ejemplo cuando lo pinté había pintado una microbús Wolkswagen café y también estaba pintando un tractor anaranjado, por lo que tenía esos dos puchos de pintura, los revolví y me salió ese color, desde ahí siempre lo he andado así.

–¿Qué le dicen de este modelo tan singular?

Hay gente que me dice que es un chuzo, me preguntan por el modelo, qué le he hecho y todas esas cosas, pero yo lo veo como mi carro de trabajo, porque lo uso todos los días cuando voy a hacer mandados o traer pinturas. A veces jalo varillas y tubos y meto todo lo que tengo que traer.

Yo les digo a mis hijos que si la gente lo hubiera visto como estaba, sin cuidar, me recomendarían botarlo y hasta me comerían por andarlo así. Es por esa razón que siempre busco tenerlo bien bonito.

–¿Le han ofrecido comprarlo?

A veces me preguntan si lo vendo y les digo que sí, pero nunca me dicen cuánto me darían. No lo puedo dar por cualquier menudito, porque en realidad vale su platilla y a mí me sirve mucho. ¿Qué hago yo si alguien me llega ofreciendo medio millón?, ¿comprarme una bicicleta?