Tal como si fuera la primera vez que entró en una cancha de fútbol, Celso Borges, volante de la selección nacional, sintió una emoción y nervios parecidos este domingo en el restaurante "Hard Rock" en Cariari, Belén, Heredia, donde dio el primer concierto de su vida como baterista.
El mediocampista hizo yunta junto con el cantante nacional Kurt Dyer para mandarse a pista y demostró una vez más que talento es lo que le sobra y se rajó con un repertorio de piezas roqueras para todos los gustos. Unas 300 personas había en el lugar; cada uno pagó diez rojos la entrada.
Enfundado con una chema negra de la banda gringa Metallica, Borges demostró que con las batacas sabe muy bien lo que hace, tal vez no sea Lars Ulrich, el famoso baterista de la banda californiana, pero sí tiene un nivel y un manejo bastante decente sobre el escenario.
Probablemente el hecho de ser futbolista le genera mayor simpatía con la gente y provocó el llenazo, pero no hay que quitarle méritos al compa, el talento con un instrumento es algo que se trae o no indistintamente de cómo uno se llame.
Entre los asistentes estaban los tatas del volante del Deportivo La Coruña, el entrenador Alexandre Borges Guimaraes y Lina Mora. Para "Guima" fue una manera muy roquera de celebrar el Día del Tata, al que vimos bien apuntado con la mayoría de piezas.
A las 5:45 p. m., arrancó el chivo con una palabras de Dyer, quien además de presentar a su banda, le pasó lija a su nuevo baterista para empezar con la primera pieza, "Welcome to the jungle", de la banda Guns N' Roses, uno de los principales himnos del rock noventero.
Uno de los momentos de más intensidad lo marcó "All my life", piezón de la banda de Seattle Foo Fighters que al menos en la percusión implica ponerle bonito. "Smells like teen spirit", de Nirvana; "Chop Suey", de System of a Down y "Wish you were here", de Pink Floyd también fueron parte de los clasicazos de la noche.
En un inicio se suponía que Borges solo tocaría tres piecitas y descansaría, pero en los días previos al chivo lo fueron endulzando para que se mandara con más y al final terminó tocando diez canciones todo inyectado.
De música ligera, uno de los himnos de la banda argentina Soda Stereo, acabó con su participación en el chivo que cerró a las 8 p. m., después de un poco de más de dos horas de música.
Celso metió otro golazo porque todo lo recogido en el concierto fue donado a las Aldeas SOS como parte del bien social de la velada. Se recogieron casi tres melones. De esta forma no extraña que día a día gane tanto fanático.