La fatalidad visitó al cierre del año el barrio La Pitahaya de Cartago.
La explosión en una vivienda que funcionaba como fábrica ilegal de pólvora dejó un muerto, tres hombres quemados de gravedad y una mujer y una niña golpeadas por la onda expansiva.
La emergencia se dio a las 3:30 de la tarde, a 50 metros del Palí.
El fallecido fue identificado como Alberto Segura Hernández, de 55 años y quien, aparentemente, era el dueño de la casa en la que vivían otras seis personas.
Randall Álvarez, testigo de lo que ocurrió, nos contó que estaba en la parte de adentro de la urbanización cuando escuchó una explosión y pensó que se trataba de un transformador.
“En eso escuché varias explosiones hacía el lado oeste y veo que algo estaba explotando, en el play había unos niños, entonces los saqué de ahí y les dije que se fueran para sus casas, ellos estaban asustados y empezaron a llorar. Después vi a varios conocidos y me fui a preguntarles qué pasó, casi que fui el primero en acercarme porque había gente al frente alarmada y gritando, pero nadie hacía nada”, dijo Álvarez.
“ Me fui para la entrada de la casa y empecé a sacar a los quemados, que eran tres; uno tenía unas prensas de ropa incrustadas en la espalda, tenían muchas quemaduras y hasta sangre en el cuello y la espalda. Había un señor mayor adentro, pero no pude entrar a sacarlo porque esto seguía explotando, en eso llegaron los cuerpos de socorro”, detalló el vecino.
A correr
Un jovencito de 13 años que iba pasando contó que en ese momento se dio la explosión.
“Yo jalé corriendo y vi a las personas quemadas, explotó un petardo como de dos kilos, me asusté mucho, hubo una onda expansiva”, dijo el joven.
Una vecina que no se identificó dijo que se oyó una gran explosión, como un retumbo, y otras que provocaron que los techos se aflojaran y algunas ventanas se quebraran.
“Eso (la pólvora) lo hacían en esa casa a escondidas y claro que había miedo, uno siempre piensa lo peor. Por amor al cielo, lo de hoy fue como una película de terror, de verdad, con solo la muerte del señor fue una tragedia, pero pudo ser más grave”, dijo la vecina.
Al sitio llegaron más de ocho unidades entre Bomberos y Cruz Roja.
Los quemados fueron auxiliados primero por los vecinos, quienes hasta les ayudaron a quitarse la ropa que tenían pegada; además algunos corrieron con extintores, los afectados se quejaban de mucho dolor.
Cuando los bomberos llegaron todavía se escuchaban pequeñas explosiones y así ingresaron a la casa para tratar de encontrar personas con vida, pues en ese momento la gente estaba tan desesperada que no se sabía si alguien había quedado adentro.
Don Alberto fue encontrado al fondo de la vivienda, ya sin vida.
La explosión provocó que el cielorraso de la casa afectada se viniera abajo completo. La vivienda era de 100 metros cuadrados, pero se quemaron 50, eso sí, algunos de los materiales quedaron hechos pedazos.
Wilberth Figueroa, jefe de batallón de Bomberos, dijo que fueron despachados para la atención de una emergencias en La Pitahaya.
“Al llegar había fuego y fuertes detonaciones, iniciamos un ataque contra el fuego y después de que se controló encontramos en la parte posterior de la casa un área donde se estaba manipulando pólvora de manera clandestina y una persona sin vida”, dijo.
Mauricio Mendoza, de la Cruz Roja, aseguró que ellos recibieron varias llamadas de alerta y que todos los heridos fueron llevados al Hospital Max Peralta. Pasadas las 4:30 de la tarde fueron pasados a hospitales de San José.
“La explosión se escuchó a varios kilómetros a la redonda”, dijo Bomberos y confirmaron varios vecinos.
Algunos lugareños reportaron que el sonido tan fuerte les afectó los oídos.
“No sabíamos qué estaba sucediendo, pensamos que era un transformador, cuando empezaron a decir en las noticias nos dimos cuenta. Estábamos muy cerca, hasta creímos que era un accidente, no sabíamos que ahí había una fábrica de pólvora, habíamos escuchado algunos rumores, pero no que fuera ahí. Mi casa cimbró y pensé también en un temblor”, dijo Martha Rivera Umaña.
Otro de los que se vio afectados fue el dueño de la carnicería.
“Estaba en mi negocio, fue algo increíble, pensé que era un terremoto. Se me empezó a caer el cielorraso y esos bombazos que sonaban, yo me quedé quedito y luego salí porque pensé que era un temblor”, dijo Juan González, dueño de la carnicería Carnes Chito.
“Vi los pedazos de madera y de zinc, el techo de mi negocio se vio afectado, en eso que salí me cayó una lamina de zinc en la espalda, pero por dicha no me cortó, solo fue el golpe”, añadió.
Añadió el carnicero: “Volví a meterme y cerré el negocio, yo estaba solito en ese momento no había clientes, se rumoraba que ahí se hacía lo de la pólvora, pero nada más. Conocía al señor (que falleció) porque era cliente mío, era una persona muy simpática, ahora voy a tener pérdidas porque hay que arreglar la carnicería y estos días son buenas las ventas”.
Otra de las vecinas que no dio su nombre aseguró que un hermano le dijo que saliera porque en el cielo se veía papeles, latas y otro montón de cosas volando.
“Salimos para ayudar porque de la casa afectada salieron un niño que se estaba bañando y otro especial, nosotros somos una comunidad organizada y cinco veces denunciamos (lo de la pólvora) hasta en el Ministerio de Salud. Venían a hacer la inspección y nunca encontraban nada, esto tiene como cuatro o cinco años de que hacen pólvora”, dijo la mujer.
Por su parte, Geovanny Torres Garro, cuñado del fallecido, comentó que en la vivienda había varias personas y que les avisaron por teléfono de lo ocurrido.
“Nosotros nos veíamos constantemente, él se dedicaba a eso de la pólvora, pero era solo como para fines de año, y a ratillos, nunca había pasado nada”, dijo Torres.