La Iglesia católica de Nicaragua tenía planeado festejar este sábado a la Virgen de Fátima con una procesión por las calles de la capital del país, Managua, pero el presidente Daniel Ortega no lo permitió.
A raíz de los problemas recientes entre la iglesia y el gobierno, el mandatario ordenó que no se hiciera el recorrido.
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Debido a eso el cardenal nicaragüense y arzobispo de Managua, Leopoldo Brenes, tomó la decisión de hacer la procesión dentro de los terrenos de la catedral de Managua.
En la misa en honor a María pidió por el “perdón” y la convivencia “entre hermanos”.
“María, como madre, nos enseña a perdonar y a no devolver golpe por golpe, no devolver ofensa por ofensa, sino siempre manifestar el amor (...) para romper los muros y para que todos verdaderamente seamos hermanos”, exhortó Brenes.
Cientos de católicos asistieron para despedir a la imagen de Fátima, una réplica que llegó de Portugal hace 31 meses y que este mes concluye su viaje por Nicaragua.
La policía vigiló de cerca la catedral durante la misa.
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Tensa situación
El cardenal dijo este sábado que la Iglesia espera encontrar una salida a la situación del obispo Rolando Álvarez, quien está retenido desde hace nueve días en su curia por la policía, acusado de intentar “desestabilizar” el país.
“Todas nuestras iglesias están orando, acompañándolo a él y le pedimos a la Virgen que pronto encontremos los cauces para solucionar el problema y que podamos seguir trabajando en evangelizar”, dijo Brenes luego de presidir la misa.
No obstante, admitió que a lo inmediato no ve una solución a la crisis que vive Álvarez, de la Diócesis de Matagalpa, en el norte de Nicaragua.
Álvarez, un fuerte crítico del gobierno de Daniel Ortega y miembro del CEN, no puede salir de la curia desde el pasado 4 de agosto, donde permanece junto a otras 10 personas, pues está rodeada por un amplio cerco policial.
El obispo quedó sitiado tras denunciar la decisión de las autoridades de cerrar cinco emisoras católicas y exigir al gobierno que respete “la libertad” religiosa.
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La policía investiga a Álvarez por intentar “organizar grupos violentos” e incitar al “odio” con el “propósito de desestabilizar al Estado de Nicaragua”..