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Desde Costa Rica salió un castigo contra Chile, donde a una profesora de religión católica le impidieron ejercer la docencia desde el 2007 solamente por su orientación sexual.
A Sandra Pavez, antes de prohibirle dar lecciones, le pidieron “terminar su vida homosexual”.
“La separación de Pavez del cargo constituyó una diferencia de trato basada en la orientación sexual que resultó discriminatoria y que afectó sus derechos a la libertad personal, a la vida privada y al trabajo”, fue lo que concluyó la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte-IDH), que tiene su sede en San José, Costa Rica.
Según la prensa chilena, Pavez, de 63 años, tuvo que jubilarse en enero de este año, sin poder ejercer más la docencia, incluso en instituciones laicas.
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La sentencia de la Corte explica que el 25 de julio de 2007, cuando Pavez trabajaba en el Colegio Municipal Cardenal Antonio Samoré, una institución católica, la Vicaría para la Educación le quitó “su certificado de idoneidad”, necesario para impartir lecciones de religión.
La docente breteaba en dicho colegio desde 1985.
El vicario, a quien no se identifica, habría exhortado previamente a Pavez a "terminar su vida homosexual" y le envió una carta en la que se revocaba la idoneidad "dejando constancia de que las ayudas espirituales y médicas ofrecidas fueron rechazadas".
De acuerdo con el informe de la Corte-IDH, si bien el contrato laboral de Pavez no se interrumpió y fue asignada a un puesto con funciones directivas, "se menoscabó su vocación docente y ello constituyó una forma de desmejora laboral".
¿Cuál es el castigo? El Estado de Chile debe reconocer en un acto público su fallo, además de hacer un plan de capacitación para quienes evalúen la idoneidad y el pago de una indemnización a Pavez, por un monto no divulgado.
