Mauricio Fallas Cerdas, de 54 años y más conocido como “el Mauro”, es un zapatero único: da servicio a domicilio.
Es un apasionado de su oficio y asegura que su prioridad es dar un excelente servicio haciendo el mejor trabajo posible, algo que le permite tener una lista de clientes fijos.
No siempre fue zapatero, hace muchos años fue socorrista y también trabajó en enderezado y pintura; una vez un amigo le dijo que le veía pasta para zapatero y de verdad que la pegó.
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“Tengo secuelas de polio en una pierna y me cuesta movilizarme, los trabajos que tuve antes se me dificultaban por eso mismo. Cuando recibí el consejo de por qué no me hacía zapatero lo tomé muy enserio”, cuenta Mauricio.
El Mauro llevó clases para aprender el oficio en el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) y cuando sabía lo suficiente primero puso un local en su casa, en Aserrí, pero las cosas no andaban muy bien que digamos porque un vicio lo atormentaba.
“Yo era alcohólico y eso hacía que no me fuera bien, nunca tenía platica porque toda se me iba en eso; pero gracias a Dios, Él me ayudó a salir de eso y las cosas empezaron a mejorar”, explica.
“Hace como diez años me di cuenta de que había una necesidad de que yo como zapatero hiciera el servicio a domicilio porque todos los otros zapateros que conozco tiene un local y los clientes tienen que ir hasta ahí, pero hay gente que por una u otra cosa no puede salir de la vivienda”.
Y de veras que tiene razón.
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Gran solución
Como a Mauricio se le dificulta caminar, debía conseguir algo que le ayudara a movilizarse con facilidad para llegar hasta la clientela.
Primero consiguió una bicicleta y después una moto, pero como siempre andaba un montón de cosas se le balanceaba y decidió probar con algo más grande y estable.
Empezó a ahorrar la plata que antes gastaba en alcohol y se compró un “buggy”, un vehículo parecido a un cuadraciclo que además tiene una armazón de metal alrededor.
“Fue la solución perfecta para mí porque puedo llevar paquetes, ir a comprar lo que necesito para las reparaciones de calzado y, lo más importante, ir a recoger y dejar zapatos donde mis clientes.
“Lo que más gasta son llantas, debo cambiarlas con frecuencia, por eso siempre trato de ahorrar para siempre tener lo necesario cuando debo hacer el cambio y no quedarme sin el transporte que tanto necesito para trabajar”, aseguró.
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El Mauro tiene su “buggy” bien rotulado con el número de teléfono y eso le ha dado trabajito porque es su forma de hacerse publicidad.
No tiene redes sociales, pero algunos clientes han publicado fotos suyas en las de ellos porque se sienten agradecidos por los trabajos que les ha hecho; así también se ha dado a conocer en Aserrí y en los alrededores, que es donde da el servicio.
“Me he ido haciendo los clientes a consciencia porque soy honesto y trabajo lo mejor que puedo”.
— Mauricio Fallas, zapatero
Horario 24/7
Mauricio sabe que muchas veces los compromisos y los trabajos hacen que algunas personas no puedan desocuparse temprano, por eso entiende cuando un cliente le pide que vaya a recoger un par de zapatos a las 8, 9 o 10 de la noche.
“Lo que más me piden es que cambie suelas, pero yo soy sincero y cuando veo que el zapato es de mala calidad y no vale la pena prefiero decirles porque es probable que el trabajo no dure. Siempre busco los materiales de mejor calidad y además de pegar las suelas con pegamento las hago cosidas para que duren más, yo les explico eso a mis clientes”.
Ah, y no solo arregla calzado, también bolsos, maletines y maletas.
Cuenta que trata de tener listos los trabajos en un máximo de cuatro días; claro, todo depende de la gravedad del daño y de los materiales que necesita.
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“En muchas ocasiones voy el fin de semana a dejar los trabajos porque eso son los días en los que más está la gente en la casa, por eso digo que mi trabajo es de domingo a domingo. Voy donde mis clientes a la hora que sea, esté lloviendo o haciendo sol porque como mi transporte tiene una manta, no me mojo”.
Muchas veces, cuando va a comprar materiales a los almacenes que frecuentan los zapateros, sus colegas se quedan extrañados del vehículo que usa para transportarse y algunos le dicen que le van a copiar la idea. ¡Qué vivos!
Si usted vive en Aserrí, Tarbaca, San Rafael Arriba, San Rafael Abajo o San Juan de Dios de Desamparados y necesita un zapatero, puede llamar a El Mauro al teléfono 8758-3006.