Krissia Maykall estudió psicología y trabajó en recursos humanos para una gran empresa hasta que un recorte de personal la dejó sin empleo.
Tenía entonces un hijo de un año al que sacar adelante como mamá soltera.
Luego de ver que enviaba currículos y no la contrataban a pesar de tener solo 37 años, concluyó que no podía darse el lujo de dejar pasar más tiempo, así que puso manos a la obra en algo propio.
Primero fue en lo que sabía hacer y comenzó a ofrecer asesoría en recursos humanos a empresas que no tenían un responsable en ese departamento; así comenzó a pulsearla.
Estuvo en ese campo varios años y entre sus clientes había algunos relacionados con el mundo de los restaurantes y la hotelería. Eso le permitió conocer mejor la comida mexicana, se enamoró de ella y vio que por ahí estaba algo que antes había deseado.
Krissia le puso empeño a la idea y en cuestión de meses --julio del 2018-- ya había abierto su restaurante: La Hacienda Mexicana.
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Recuerda que cuando trabajaba para la gran empresa y debía visitar clientes en restaurantes siempre le cruzaba por la mente la pregunta “¿qué se sentirá entrar a un restaurante u hotel y que sea de uno?”. Pensaba que debía de ser algo muy bonito.
“Creo que en alguna medida todos soñamos con tener algo propio, pero siempre da temor porque las universidades no enseñan a emprender; lo educan a uno para trabajar para alguien más”, comentó.
Ahora, con la experiencia de saber qué se siente, describe la sensación como increíble.
“Todavía en las mañanas, cuando vengo a abrir digo ‘ah, este es mi restaurante’, es un sentimiento de satisfacción tan grande y orgullo por mí, mi hijo, mi familia y toda la gente que trabaja acá.
“Hay una frase que dice que el que ama lo que hace nunca va a trabajar y es real. Yo amo venir a mi restaurante, relacionarme con la gente. Amo lo que hago”, cuenta.
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“En algún momento comencé a decir ‘si tuviera un restaurante’ y Dios puso en mi vida personas que me ayudaron, como mi chef y las cosas se fueron dando y pudimos abrirlo”, recordó.
Prueba de fuego
Un año y medio después de haber abierto apareció la prueba de fuego en forma de pandemia, de la cual logró salir fortalecida.
“Desde el día uno que abrí empecé con Uber Eats, por lo que cuando llegó la pandemia ya estaba acostumbrada al exprés y a las entregas a domicilio y no tuve que convertirme, como les paso a muchos restaurantes, que les costó esa parte.
“Entonces, en vez de despedir empleados, como otras empresas, tuve que contratar personal y fue muy bonito poder mantenerlos a tiempo completo”, dice orgullosa.
“Siempre vi el inscribirme en Uber Eats como mercadeo, pero pese a la comisión, la puerta que me abrieron para que más personas me conozcan fue una inversión más que un gasto”, opina.
La mayoría de sus empleados fueron los únicos que en algunas familias conservaron el trabajo, así que fueron el sostén en los tiempos más duros de las restricciones sanitarias.
Otro empujón que tuvieron en los tiempos más duros de la pandemia fue la diversificación de los platillos, ya que agregaron dos menús para que las familias aprovecharan para llevar en un solo pedido todo lo que quisieran.
“Abrimos un menú keto con casi todo un menú en el que sustituimos la tortilla por una de queso mozzarella y la Taquería al chile, con la que ofrecemos comidas como hamburguesas, perros calientes y así por el estilo”.
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Por supuesto que no pueden faltar la tradicional sopa azteca, la carne al pastor, la cochinita pibil, las carnitas, el suadero y la birria de res, que están entre los más gustados.
Echarse al agua
Krissia recomienda a quien esté pasando por una prueba similar a la suya a dejar de lado el temor, buscar oportunidades, tocar puertas y no rendirse, porque cuando se persevera, las cosas se pueden alcanzar.
“En la medida que busque, Dios o el universo siempre obran a favor de uno. Cuando se quiere algo y se esfuerza, se alcanza, pero no solo es quererlo”, aclaró.
Eso sí, reconoce que es duro, que hay que hacer de todo, pero que lo conseguido recompensa todos los esfuerzos.
Contacto
Está en San Pedro de Montes de Oca, 25 metros al sur de la bomba El Higuerón. Redes sociales Facebook: La Hacienda Mexicana; Instagram La Hacienda Mexicana CR, teléfono 2283-6000.
Horario: De lunes a sábado de 11:30 a.m. a 9 p.m. y domingos de 11 a.m. a 4 p.m.