Unas cámaras pegadas a la piel de las ballenas permitieron a los científicos aprender un poco más sobre su comportamiento y forma de alimentarse.
Unos investigadores australianos y estadounidenses estudian el impacto en los cetáceos de la pérdida de hielo en la Antártica debido al cambio climático.
Para ello han colocado cámaras en la espalda de las ballenas jorobadas del estrecho de Gerlache.
Según Ari Friedlaender, experto en cetáceos de la universidad pública de Oregon, Estados Unidos, estas informaciones permitirán comprender el comportamiento alimentario de estos animalotes bajo el agua.
"Hemos observado que las ballenas pasan buena parte del día socializando y descansando, alimentándose principalmente al atardecer y por la noche", añadió.
Las cámaras permanecen pegadas en la espalda de las ballenas mediante una ventosa durante 24 o 48 horas y luego se caen. Los investigadores las pescan y las vuelven a usar.
AFP