Sucesos

¿Qué pasó con?: Amor salvó a Betty

Perrita vivió una pesadilla, pero ahora es feliz

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Betty (izq.) y su amigo, Capitán, son inseparables. Foto: Rudy Richter. (Rudy Richter)

En el 2012 los medios de comunicación dieron a conocer la triste historia de Betty, una perrita con serias complicaciones de salud, debido a que un desalmado abusaba de ella.

Según se supo en aquel momento, la perrita vivía en la calle en Tucurrique de Jiménez, Cartago,  y habitualmente era violada por un indigente.

La situación llegó a oídos de Rocío Rodríguez, presidenta de la Asociación Defensa Animal (ADA), quien la rescató.

Pero, ¿qué pasó con Betty?

La peludita vive ahora en Atenas con un hombre que desde que vio su historia en el periódico se propuso adoptarla y darle una nueva vida.

El "papá" de la perrita se llama Rudy Richter, es holandés y tiene 74 años. Él vive en Costa Rica desde hace 27 años y es un amante de los animales.

"Betty es una perrita única, es muy cariñosa y siempre hace caso, es muy tranquila. Desde el día que la traje a la casa se sintió protegida y agradecida. Ella nunca fue temerosa conmigo", relató el extranjero.

Rudy dice que los primeros días la perrita sangraba debido a las lesiones que sufrió, las cuales hasta le causaron un tumor en su parte genital, pero con paciencia, cariño y medicamentos Betty se recuperó por completo.

Este fue el momento en el que Betty conoció a su nuevo papá, en el 2012. Foto: ADA (ADA)

Tres meses después de que Rudy le diera un hogar a la perrita tuvo la oportunidad de adoptar otro peludito de nombre Capitán.

A la chineada le cayó muy bien el perro y de inmediato se hicieron amigos inseparables.

“Todos los días corren de un lado para otro juntos, se llevan muy bien, donde está uno está el otro, se complementan muy bien y yo los quiero como a mis hijos", contó el holandés.

Betty no es solo dulzura, de vez en cuando se le sube el apellido y se pone de chicha.

"Se pone furiosa cuando pasa una moto cerca, las detesta, ladra y ladra enojada. También se disgusta cuando pasa gente en las mañanas y en las noches frente a la casa. Pero en el día, cuando alguien viene,  es un amor y se pone a jugar con cualquiera", aseguró el papá de la perrita.

El holandés dice que no hay mejor recompensa en el mundo que la gratitud de un perro adoptado, ya que son seres sinceros y muy agradecidos.

Rocío Sandí

Rocío Sandí

Licenciada en Comunicación de Mercadeo de la Universidad Americana; Periodista de la Universidad Internacional de las Américas, con experiencia en Sucesos, Judiciales y Nacionales. Antes trabajó en La Nación y ADN Radio.

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