Los conductores tuvieron que armarse de paciencia este lunes y comerse presas de hasta dos kilómetros en la ruta 27, luego que el fuerte oleaje de las últimas horas cubriera la vía con arena y troncos, según constató un equipo de La Nación.
Los funcionarios del Conavi tuvieron que ponerse a bretear desde las 7 de la mañana para quitar el material de la calle y permitir que los choferes pudieran llegar a sus destinos.
Fue tal el nivel de oleaje que sufrieron los vecinos de la playa de Caldera, que incluso el mar se metió en tres casas que se encuentran frente al rompeolas.
Para poder salvar los chunches de las viviendas, algunas familias tuvieron que sacar sus cositas y las pusieron encima de carros para que el agua no se las echara a perder.
Ya la semana anterior el Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad de Costa Rica (Cimar), había advertido sobre un incremento en el oleaje en las playas del Pacífico, a partir del domingo a medio día y hasta el martes, por una marejada que pasará por toda Centroamérica.
Colaboró con esta información Armando Mayorga.