Doña Eraida Martínez asegura que la persona más valiente a quien ella ha conocido es su hijo Rolando Pichardo.
Y tiene motivos de sobra para pensar esto ya que hace un año, por el paso del huracán Otto en Bijagua de Upala, este joven perdió a su esposa Kattia Vanessa Argüello, de 30 años, y a la bebita de ambos, Bianca, de año y ocho meses.
Pero eso no es todo, también se quedó sin casa y ha perdido sus cosechas, motivo por el cual está muy endeudado. Pero, a pesar de tanta tristeza, el muchacho de 29 años se levanta todos los días para seguir adelante, eso sí, habla muy poco de lo sucedido y ha tenido que recibir ayuda psicológica junto a sus allegados.
"Que valiente es mi hijo, todo lo que ha tenido que enfrentar y él solo piensa en vivir y no dejar de luchar", dijo doña Eraida.
Para está mujer es muy duro salir a la entrada de su casa y ver, a los 50 metros, el espacio vacío donde estuvo la casa de su hijo, el lugar donde una avalancha le arrebató a su nuera y a su única nieta.
Una cabeza de agua bajó desde uno de los cerros de Miravalles y se llevó dos casas, la de los Pichardo Argüello y la de los Zúñiga Picado.
Rolando trató de salvarlas, pero la furia de la naturaleza le arrebató de las manos a Bianca. Él sobrevivió de milagro, su perrita Niky también se salvó.
La bebita apareció dos días después, él mismo día que enterraron a su mamá.
Doña Eraida asegura que lo que les ha tocado vivir es muy duro y promete que el recuerdo de las dos seguirá presente en sus vidas.
“Vanessa trabajaba, entonces Bianca a veces se quedaba aquí, la extraño mucho. Aquí pasaba toda la mañana o toda la tarde, ese día no las vi”, recordó Martínez.
"Mi hijo está tranquilo, es muy trabajador. Él se dedica a su trabajo, pero por el clima primero se le quemó la siembra de 12 mil matas de pepino, luego con la tormenta Nate perdió 60 mil chiles dulces, por eso tiene deudas por más de ¢2 millones, pero es tan valiente que sigue trabajando", comentó la mamá.
Esta abuelita guardaba una bolsa de ropa de la pequeña Bianca, pero su hija se la guardó ya que el estarla viendo la ponía muy triste.
"También tengo un peluche y unos zapatos disparejos que encontramos enterrados", dijo Martínez, quien los conserva como un tesoro junto a una foto del bautizo de la bebé.
En la casa de los Pichardo chinean mucho a Niky, la perrita que fue rescatada en la tragedia, ella no soporta que llueva porque rápido se mete debajo de la cama.
Junto a la familia de Vanessa, le harán un rezo a sus dos amores, al igual que lo han hecho durante todo este año de tanto dolor.
"A ellas nunca las vamos a olvidar, las dos eran muy especiales, tenemos su recuerdo siempre en nuestras mentes y corazones", concluyó Martínez.