Los ticos iniciaron la semana tratando de dejar a atrás la devastación causada por el paso de la tormenta tropical Nate, que dejó 11 muertos en el país y dos personas desaparecidas.
La emergencia también provocó derrumbes que destruyeron carreteras, arrasó viviendas y dejó comunidades enteras aisladas. Por lo que pasar la página no será fácil, hay mucho trabajo por hacer.
“La magnitud de los daños que ha provocado la tormenta tropical Nate en toda la infraestructura vial del país es de proporciones titánicas”, expresó el ministro de Obras Públicas y Transportes, Germán Valverde.
Aunque los efectos del fenómeno se sintieron con mayor intensidad el miércoles y jueves de la semana pasada, una gran parte del territorio nacional permanece en alerta roja por el riesgo de que nuevas lluvias provoquen daños debido a la saturación de los suelos por los aguaceros del último mes, o sea, no hay que bajar la guardia.
Algunos especialistas calculan que al país le tomará un año recuperarse por los daños dejados por la tormenta.
Los equipos de rescate intentan restablecer el transporte en las carreteras que continúan bloqueadas para llevar ayuda a numerosas comunidades aisladas.
Nate dejó al menos 32 muertos en toda Centroamérica y el fin de semana tocó tierra en Estados Unidos con fuerza de huracán, aunque sus daños en ese país fueron menores a los esperados.
El mal tiempo dificulta la labor
El presidente, Luis Guillermo Solís, advirtió que para las autoridades ha sido difícil alcanzar muchas zonas incomunicadas ya que el mal tiempo no cesa en algunas partes del país.
“Hay inundaciones, hay deslaves, hay derrumbes todavía. Abrimos calles y vuelven a caer los terraplenes. Llegamos con dificultad por vía aérea a lugares donde no podemos llegar por tierra, y se nos cierra el clima de nuevo”, lamentó el mandatario.
En la localidad sureña de Palmar Norte, unas 200 personas permanecían en un albergue ya que no pueden regresar a sus casas, arrasadas por las lluvias y la crecida del río Térraba.
La zona sur y el Pacífico norte fueron los más golpeados por los aguaceros que descargó Nate.