En una casa en San Rafael de Heredia habita una sombra maldita que no deja en paz a las mujeres que viven ahí, no se mete con los hombres, pero sí le hace la vida imposible a una mamá, sus dos hijas y ahora también la agarró con una nieta.
Por eso el pasado martes 17 de octubre visitamos a esta familia. La mamá y una hija fueron quienes nos atendieron, pero por temor al espectro prefirieron que no pusiéramos sus nombres ni que les sacáramos fotos
Eso sí, nos permitieron que fotografiáramos el jardín, uno de los lugares por donde se pasea la sombra y un árbol al que le encanta subirse al espectro.
Según la mamá, todo comenzó hace 40 años. Ella está convencida de que le echaron una brujería y así fue como comenzó a sufrir situaciones inexplicables. Por dicha todo eso terminó cuando murió la persona que ella cree le echó esa maldición.
“A partir de esa brujería que me tiraron quedé como sensible para los fantasmas y espantos, fue como que me abrieron una puerta con las sombras extrañas y las situaciones que no tienen explicación. Si bien la responsable de tirarme la brujería murió y todo se calmó, la puerta quedó abierta”, nos explicó la mamá.
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Tiempo después la familia compró un terreno en San Rafael de Heredia y mientras construían la casita tuvieron que alquilar. Para desgracia de ellas, tal como lo asegura una de las hijas,la vivienda que rentaron era una propiedad muy vieja en el centro de Heredia y en ella habitaba una sombra maligna que las atormenta hasta el día de hoy.
“Desde que nos pasamos a esa casa vieja comenzaron a asustarnos. Oíamos que por las noches abrían las cajas en que teníamos la cosas guardadas que no sacamos porque como era temporal, preferimos dejarlas queditas, pero la sombra hacía un escándalo, como revolcando todo”, recordó la mamá.
Iniciaron las agresiones
Era una casa grande, de adobe, con un gran zaguán en el que se comenzaron a escuchar golpes y rasguños a toda hora.
Incluso, ellas recuerdan que justo el día en que Alemania quedó campeona del mundo en Italia 1990 la sombra, por primera vez, pasó de los ruidos a las agresiones porque le pegó a la hija un manazo entre el cuello y el hombro.
Todavía para 1990 la abuelita de la familia estaba viva y un día fue agredida por ese espectro que era oscuro y grueso, como una gran mancha negra que se movía en el aire.
De hecho, a una de las hijas la sombra se le apareció como con ganas de ser reconocida, lo hizo por un buen rato, pero del susto la mujer la atravesó.
“Cuando ya construimos la casa nueva salimos corriendo de la vieja e íbamos muy felices porque todos aquellos sustos se quedarían en el olvido, pero qué va, nos trajimos la sombray hasta el día de hoy nos hace la vida imposible.
"Incluso trajimos un sacerdote para que bendijera la casa y la cosa se calmó un tiempo, pero fue como que la sombra se enojó y ahora más bien a cada rato escuchamos golpes, ruidos extraños y la vemos. Se aparece en el jardín y también se mantiene mucho en un árbol que tenemos”, explicó la hija.
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Ayuda de la iglesia
En esa casa los hombres están a salvo, ellos no ven ni escuchan nada. La sombra solo se mete con las mujeres, a quienes, por ejemplo, se les pierde plata extrañamente, por más que la escondan.
Como ya no sabían qué hacer, llamaron al grupo Cazadores de mitos e historias del más allá, integrado por Stephanie Lara, Giovanny Mata, Israel Barrantes y Federico Vargas.
A Israel y Federico les tocó ir a comprobar si era cierto todo lo que las mujeres decían. El día de las investigaciones Barrantes sufrió una agresión inexplicable (primera vez que las mujeres ven que se le manifestó a un hombre), incluso, vomitó dos veces después de esto.
Eso les confirmó que hay algo paranormal en esa casa y es muy agresivo. Como ellos no son exorcistas siguieron el camino que siempre usan para esos casos graves, enviaron a la familia a la iglesia Católica para que buscaran ayuda.
Por eso actualmente están recibiendo ayuda de un grupo católico que cuenta con experiencia en liberaciones, no son exorcistas oficiales de la iglesia, pero sí tienen conocimiento de cómo ayudar a familias con problemas de espantos en sus casas.
“Tenemos fe de que todo eso desaparezca, ya son demasiados años con esa sombra, son muchas las agresiones y las cosas inexplicables. Dios quiera y este grupo católico nos libere la casita de una vez por todas, ya no soportamos”, dijo la mamá con los ojos llorosos.