Daniel Rosales tiene 35 años de haber nacido en Jacó centro y cuenta que desde siempre escuchó historias de fantasmas que ocurrían en el cementerio de la comunidad.
A Daniel le decían que era algo que sucedía muy de vez en cuando; sin embargo, desde hace unos cinco años todo cambió en ese cementerio. Al parecer, un lugar que debería ser de descanso se llenó de energías extrañas y hay personas que aseguran escuchar ruidos y ven cosas raras todos los días.
Jacó es una comunidad a la que llegan turistas nacionales y extranjeros en busca de sol y diversión. Surfear allí es uno de los atractivos más grandes que ofrece y quienes visitan otras playas del Pacífico central hacen allí una "parada técnica" en el regreso a la casa.
Nos explica Daniel que para los habitantes de ese pueblo costero la respuesta a tanta actividad paranormal en el cementerio es muy sencilla: en los últimos años se ha enterrado allí a muchas personas que fallecieron por causas muy sangrientas como ajusticiamientos en medio de balaceras o por problemas de drogas y guerra de pandillas. Daniel y sus vecinos piensan que ese cementerio se llenó de las almas en pena de personas que tuvieron una muerte trágica.
Esa es la otra cara de Jacó, la más ruda. Gente de malas costumbres y relacionada con las drogas la ha embarrado con sus negocios ilícitos y su sombra de muerte.
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El cementerio de Jacó está contiguo a la pista de cuadraciclos La Colorada, sobre la carretera que se dirige a Quepos. Para ir a su trabajo –en una empresa que alquila autos– Daniel pasa al frente de ese camposanto por las mañanas y las noches. Y como tiene muchos años de ganarse la platica en el mismo brete ha podido comprobar cómo el cementerio pasó de ser un lugar tranquilo a uno fantasmal y muy movido por las noches.
“La gente está viendo sombras raras, escuchando gritos pero fuertísimos de lamentos y al pasar al frente se siente una vibra extrañísima, como que alguien está a la par de uno; al pasar al frente uno siente como que algo lo acompaña”, afirmó Daniel.
Ya ni les asusta
En Jacó ya se han vuelto normales ese tipo de fenómenos paranormales en el cementerio. Tanto que mucha gente ya ni se asusta con los gritos o las sombras; sin embargo, por estos días de octubre hay un hecho inexplicable que tiene a todos muy sorprendidos.
Algunas personas que pasan en vehículo por las calles cercanas al cementerio dicen haber visto a una mujer vestida de blanco que pide que la lleven sobre todo en el trayecto entre Tárcoles y Puebla.
“Algunas personas que se animaron a ayudar a esa mujer han contado que ella no habla, les pide en un punto que paren, generalmente es cerca del cementerio. Después se baja, les dice que la esperen un momentico, que ya viene, comienza a flotar, se aleja y jamás regresa”, afirmó Daniel.
Las ánimas, en pena al parecer, salen todas las noches del cementerio y hacen loco por varias zonas cercanas a Jacó.
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Daniel afirma que tuvo un encuentro directo con algo que describe como una sombra y que lo dejó como si le hubiera dado la garrotera.
“Personalmente me tocó ver cómo una vez en la ruta de Tárcoles a Carara, una sombra cruzó la carretera de lado a lado, fue algo espantoso. Me quedé congelado y no podía ni moverme, en verdad me asusté demasiado”, afirmó don Daniel.
Nadie tiene una explicación para algo tan terrorífico como eso. Es sencillo pensar que hay almas en pena en busca del descanso eterno.