Doña Ana Cecilia Valerio está totalmente convencida que su papá, don Jorge Valerio, quien falleció hace tres años y a quien en Pavas centro todo el mundo conocía como Camarón, le mandó por adelantado ¢300.000 como regalito del Día de la Madre por medio del código de la suerte.
Y es que Camarón le heredó la buena costumbre de activar La Teja. Una vez él falleció, al mes y medio, ella pegó por primera vez; en aquel momento fueron cuatro tejitas y recuerda que fue para un viernes negro, así que aprovechó y compró los regalos de Navidad para su hijo Luis Fernando.
“Falta exactamente mes y medio para que papi cumpla tres años de fallecido y vuelvo a pegar La Teja. Es como si él me estuviera mandando el regalito para el Día de las Madres, él siempre me daba algo y ahora siento como que desde el cielo me lo está mandando”, nos comentó doña Ana.
La Teja, Camarón y doña Ana tienen una linda historia. Como don Jorge le dejó la herencia de activar y así fue como doña Ana pegó la primera vez, ella aprovechó ese primer premio hasta para comprar algunos productos y ganarse una platica. Así le nació el espíritu emprendedor, se dio cuenta que era buena pa'l negocio y ahora vende chileras y escabeches.
En esta segunda ocasión, la vecina de Pavas centro aprovechará para comprar comidita pa' que no le falte y otra vez saldrá premiado su hijo Luis Fernando, también alguito recibirá su hermano Leonardo, quien es puras tejas con ella.
“Vamos a ir todos los de la casa a hacernos un examen de la vista, además, yo tengo días de necesitar anteojos, pero no había podido comprármelos. Por eso el premio lo voy a aprovechar muy bien, es una gran salvadota”, nos comentó.
Esta ganadora es bien positiva en todo lo que hace. Este primero de agosto cuando la llamamos, ya había activado el código de la suerte porque anda detrás de la tercera pegada y le suena que será pronto porque su papá falleció un 14 de setiembre y nació un 14 de abril y el código que activó ayer terminaba en 14.
“Vieras qué raro. Ahora que pegué por segunda vez como que lo presentía, porque comencé desde el domingo a ver el número 19 por todos lados, entonces creí que era la lotería y lo jugué, sin embargo, el destino me estaba hablando de La Teja y no de la lotería, porque los dos últimos números del código con que pegué eran el 1 y el 9”, confirmó.