Pasando Jesús de allí, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y se levantó y le siguió. (Mateo 9:9)
Jesús personalmente hizo llamado a sus discípulos, de muchos lugares diferentes, algunos de las barcas de pesca, otros de las mesas de impuestos…los que fueron llamados estuvieron dispuestos a dejarlo todo para seguirlo.
“Entonces respondiendo Pedro, le dijo: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido; ¿qué, pues, tendremos?” Mateo 19:27. De forma inmediata. Jesús mismo estableció que se debía estar dispuesto a entregarlo todo, no parcialmente, o solo el domingo, o dos veces por semana, ser discípulo de Jesús es tarea 24/7.
Hoy en día existen muchos cristianos que no quieren involucrarse en el quehacer de la fe. Son simples espectadores que asisten a los cultos y ¿están allí?, pero no desean ser parte de la vivencia de la fe cristiana. Se les conoce como cristianos “nominales” porque parece que solo conservan el nombre.
Cuando se trata de accionar a favor de la fe nunca tienen tiempo. Están ocupados, tales son oidores y no hacedores, como dice Santiago, son adornos en la estancia de la comunidad cristiana.
Jesús quiere que sus discípulos sean hacedores, que se involucren en las tareas que conlleva ejercer la fe como cristianos; Él nos llama “SÍGUEME” al igual que lo hizo antes. Debemos responder a su llamado en forma incondicional, como lo hicieron los discípulos, vayamos, involucrémonos, seamos activos en nuestras comunidades cristianas (iglesias).
Proyectemos la vivencia de nuestra fe a los que no le conocen. Seamos verdaderos discípulos y no cristianos "nominales".