Hombre le da pelea al cáncer a punta de jiu-jitsu y kenjutsu

A José Miguel Segura la vida le dio un fuerte golpe en el 2016 cuando le diagnosticaron cáncer colorrectal, pero su dominio del jiu-jitsu (arte marcial japonés) y el kenjutsu (arte marcial que utiliza el sable japonés) le permitieron mantener la mente fría y enfrentar esta dura prueba como un guerrero.

“El 27 de julio del año pasado me operaron y me removieron el recto, por lo que quedé ostomizado (utiliza una bolsa especial para recoger sus desechos). Sigo en tratamiento de quimioterapia porque el cáncer se me propagó a los pulmones y el hígado. Todo esto lo he llevado paralelo a la creación de la academia", comentó Segura.

Este hombre, de 36 años, decidió dar la batalla como mejor sabe, peleando, así que busca enseñar a otros el jiu-jitsu y el kenjutsu, disciplinas que práctica desde hace 16 años. Afortunadamente, José no da solo la batalla contra el cáncer, ya que su esposa Jessica Clark es una aliada formidable.

José, quien es ingeniero en sistemas, nos contó que antes daba clases en otras academias, pero que cuando le diagnosticaron el cáncer decidió crear su propia academia para enfocar su mente en actividades positivas.

Segura puede rajar, ya que él es uno de los pocos maestros de kenjutsu que tiene una academia en el país y aunque para muchos es una locura enseñar artes marciales en su condición, para él se convirtió en una terapia que le permite mantener la mente libre de pensamientos negativos.

Gracias a su actividad, José pasa pensando en la academia, en las competencias y en su propio entrenamiento.

“A veces se me olvida que tengo esto (cáncer), pero los días que recibo tratamiento descanso un poco y luego vuelvo a entrenar” dijo este valiente.

Rutina normal

A pesar de que enfermedad es delicada, José explica que su rutina de entrenamiento es como la de cualquier persona que practique artes marciales.

“Son tres clases por semana de dos horas cada una, que incluyen un calentamiento con los pasos básicos, mientras que los cortes con los sables se hacen 25 cortes por cada kata (secuencia de movimientos), la cual se repite ocho veces. Además de las prácticas de fundamentos, formas y katas definidas se realizan ejercicios en parejas con bases preestablecidas y combates con espadas especiales de bambú y armaduras”, destacó

Segura reconoce que entrena con la misma intensidad y exigencia e cualquier persona en perfecto estado de salud, ya que considera que su enfermedad no debe hacer diferencia. Él asegura que muchos de sus estudiantes conocen de su condición, algo que los inspira al verlo enfrentar esta enfermedad con tanto coraje.

“Para mí no existe ninguna diferencia a pesar del cáncer y de mi bolsa de ostomía, así que me agacho, me levanto, caigo, me vuelvo a levantar, no me fijo ningún tipo de restricción a la hora de entrenar o enseñar.

Mientras trabaja para que su academia Ikigai-Kan crezca y se fortalezca también mantiene la esperanza intacta, ya que los médicos están tratando de reducir los tumores para poder operarlo en enero o febrero del próximo año.

“Practicar estos deportes me ayudaron antes de la operación porque tenía una buena condición física que me permitió recuperarme rápido. Cuando me quitaron el colon, el ejercicio me ayudó y me ayuda a mantener las defensas altas” explicó.

Según Segura, el kenjutsu es un arte marcial muy exigente mentalmente porque busca la construcción de los movimientos y el estar atento a los detalles. La concentración ayuda a enfocarse y a mantenerse alejado de los pensamientos negativos y centrarse en su recuperación. Algo similar le proporciona el jiu-jitsu.

“A mi esposa, quien también es instructora, le ayuda mucho mi actitud, porque en vez de verme pensando en la muerte me ve muy emocionado pensando en lo que será la academia en los próximos diez años, me ve motivado y de buen ánimo".

Segura tiene 16 años de practicar artes marciales y desde hace siete años da clases de kenjutsu. En su academia actualmente le enseña esta disciplina a 8 personas.

Segura es afiliado a la Federación Costarricense de Jiu Jitsu & DA (Deportes Afines), como instructor de la disciplina en segundo dan y como instructor de kenjutsu en segundo dan.

“A nivel internacional también estoy afiliado a la Federación Estadounidense de Jui Jitsu, donde mi rango actual es de cuarto dan, así como a la Federación Estadounidense de Artes Marciales, donde estoy afiliado como instructor de kenjutsu en tercer dan”, indicó con orgullo.

Actualmente se está preparando para elevar su nivel internacional en kenjutsu y para conseguirlo debe hacer casi a la perfección las katas avanzando y retrocediendo sin equivocarse en el orden y forma de cada movimiento.

Segura está dando la pelea de su vida y las artes marciales son dos aliadas perfectas para darle una paliza al cáncer. Su actitud y disciplina lo mantiene firme, sin importar el dolor. Sin duda, José es un guerrero digno de admirar.