Escuchar"Mi esposa dice que me ama mucho, que soy el hombre de su vida, pero que ella no me desea, no quiere volver a acostarse conmigo. De hecho, en cuatro años de matrimonio hemos hecho el amor como dos veces por año. No piense que he sido un mal hombre o un agresor, todo lo contrario, he sido una persona servicial, cariñosa, llevadera. Ella me confesó que se casó conmigo por amor, pero que nunca me ha deseado como hombre y que ella puede vivir feliz así, yo cuidándola, pero que nunca va a estar conmigo en la cama. Yo tomé la decisión de pedirle el divorcio y no sé si hice lo correcto".
1. Cuando en una relación de pareja se toma una decisión y esta responde a una realidad objetiva, a hechos concretos, reales, sin suposiciones, de pronto no es una mala decisión.
2. Creo que tal vez debieron haberse dado la oportunidad de buscar ayuda terapéutica, para analizar el por qué ella tiene esta resistencia a la vida sexual activa, quizá sea un tema, no solamente de lo que ella siente por usted, sino de su historia y ahí quizá sea posible, que haya alguna posibilidad.
3. Pero si ella tiene un no claro, definido y se cierra la posibilidad de buscar ayuda y usted es consciente de lo que quiere para su vida afectiva y sexual, se da cuenta que ella no quiere ceder, creo que uno no puede traicionarse en una relación y estar tan solo por estar, pues esto puede ser muy frustrante.
4. Mi recomendación es que no se precipiten a un divorcio, intenten buscar ayuda, evalúen las posibilidades de crecimiento, quizá se puedan rescatar, pero si esto no se da, su decisión tiene un fundamento válido y es asumir una responsabilidad con su realización personal.
