Brian Hopkins, de 40 años, fue detenido en el marco de una investigación por pedofilia, luego de que se comprobara que había comprado una muñeca inflable del tamaño de una niña para satisfacer sus deseos sexuales.
En octubre pasado, el delincuente sexual había encargado online la compra a una tienda de muñecos con sede en Hong Kong. Pero las autoridades de la Fuerza de Frontera del Reino Unido interceptaron el paquete en el Aeropuerto Stansted.
El envío tenía como destino la vivienda de Hopkins, en Mannamead, Plymouth.
La vivienda del enfermazo fue requisada por la Agencia Nacional del Crimen en noviembre de 2016 y en ella hallaron material de pornografía infantil, que confirmó las sospechas sobre la actividad ilegal. Además, en su teléfono celular encontraron cientos de imágenes de chiquitas.
Durante un interrogatorio con las autoridades, Hopkins admitió que era el propietario de esas imágenes y de la importación de la muñeca sexual para tener relaciones con ella, pero se defendió indicando que no sabía que era ilegal.
Este viernes, la Corte de Plymouth lo sentenció a dos años de prisión en suspenso (esto quiere decir que no tendrá que ir a la cárcel) y puesto en vigilancia durante diez años. Además, integrará el registro de delincuentes sexuales del Reino Unido. Permanecerá en su vivienda, según confirmó la Agencia Nacional del Crimen de ese país.