Esta noche, en "Dancing with the stars" los participantes bailarán una pieza que les recuerde un año que les haya marcado la vida para siempre.
En el caso de Marcela Ugalde ese año es el 2008, fecha en que nació su pequeño, Emilio.
De hecho, la actriz lleva su piel marcada con el nombre del niño, para recordar que siempre lo lleva en su corazón.
El tatuaje de la experimentada intérprete llamó la atención en la primera gala y también durante los videos de los ensayos, ya que el diseño es bastante colorido y de buen tamaño, además porque muchos ignoraban que la macha era una fiebre de la tinta.
Ugalde tiene seis tatuajes y cada uno cuenta una de las facetas más importantes de su vida. El más grande es el de su brazo derecho, también tiene uno en el cuello, en las dos muñecas y dos en su antebrazo izquierdo.
"Me los hice no por moda, sino porque siempre me han gustado mucho los tatuajes. El del brazo me lo hice hace como dos años, pero no quedé muy contenta y fue así como fue creciendo. En el antebrazo tengo dos más que son las máscaras de la comedia y la tragedia y ellas son las que dicen lo que soy", dijo la participante, quien baila con Javier Acuña.
También tiene la inicial de su nombre en el cuello y dos estrellas en cada mano.
Marcela afirma que nunca los había mostrado porque los papeles que ha tenido que interpretar son un toque más serios.
"Me ha tocado hacer papeles clásicos en los que el personaje jamás iba a estar tatuado y no es lo más conveniente que se vean, para eso está el maquillaje, pero sí hay que saber llevarlos", comentó.
La actriz contó que recibe piropos cuando le ven el cuerpo lleno de tinta y que si fuera por ella se haría más.
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"Por mí fascinada me hago toda la manga y no lo descartaría, pero por el momento creo que no. Pienso que los llevo bien, pero también sé la edad que tengo y que existe el estereotipo de que las señoras no deberíamos estar tatuadas", señaló.
Al preguntarle qué opina su hijo de los tatuajes, Marcela comentó que Emilio está acostumbrado a la tinta, ya que el papá es tatuador y en ocasiones le pone algunos diseños de mentirillas.
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Nueva vida
A los pasajes de la vida marcados en el cuerpo de Marcela, habría que agregarle el que está atravesando en este momento, pues Dancing la tiene maravillada.
El trabajo bajo presión, las críticas y el estar en el ojo público son tan solo tres ejemplos de las cosas con las que debe lidiar cada día y a las que no estaba acostumbrada.
"Es una experiencia en la que estoy aprendiendo mucho, hay que estar adentro para darse cuenta de todo lo que hay detrás, los dolores de cuerpo, las caídas y la parte de aprender a escuchar, de dejarme llevar y dejar de ser yo para poder adaptarme a la competencia", señaló en referencia a que ella siempre es la que manda.
A pesar de eso, Ugalde está disfrutando hasta decir basta y utiliza su experiencia de 24 años en el mundo de la actuación para ganarse al público y al jurado.
"Lo que uno sabe hay que utilizarlo para bien, sé que hay que medir la energía porque no es lo mismo que en el teatro y debo tomarme la crítica en buen plan. La verdad es que aquí seguiremos hasta que el público lo decida", agregó.