El Paté asegura que dejará la lloradera de lado y se dedicará únicamente a poner a su equipo a jugar buen fútbol.
Parece que se salvó Henry Bejarano, árbitro central nombrado para este juego, pues contará con la colaboración de Centeno para evitar broncas.
Centeno, según datos del periodista Luis Quirós, debutará ante la Liga, el rival contra el que comenzó como jugador el 4 de febrero de 1995 en el estadio Alejandro Morera Soto cuando jugaba con Belén.
–¿Cómo será su relación con los árbitros?
–Mando una señal desde ahora, porque yo no voy a pelear con el árbitro y mis jugadores tienen prohibido hablarle, perder tiempo y tirarse al suelo, pero no tienen prohibido jugar fútbol.
Vamos a trabajar casa semana y no para hacer un gol, sino varios goles para no tener que depender del árbitro, que él llegue y haga su trabajo porque yo no le voy a meter presión a ninguno.
En la segunda división hice lo mismo y le dije a cada árbitro: 'si un jugador mío le empieza a complicar el partido me dice y yo lo saco'. Queremos jugar al fútbol y divertirnos no quiero pelear, esto no es boxeo y no deseo entrar en el circo de que perdí por el árbitro, porque si perdí fue por incapacidad, cuando me toque perder voy a decir que perdí por incapacidad.
–¿Ya le ha tocado sacar a un jugar por pelear con el árbitro?
–Es que ellos ya lo saben, porque el jugador que se hace expulsar tiene sanción y posteriormente va a la banca y no se sabe cuándo regresará.
Yo no les enseño a volar patadas, ni vocabulario vulgar, les enseño a jugar fútbol y cuando se enseña con principios tiene que reflejarse en la cancha.
–¿Y de dónde viene esa formación suya?
–Cuando uno está fuera del fútbol y ve el espectáculo que hace todo el mundo de ponerse a hablar del árbitro al día siguiente del partido digo: 'el fútbol es otra cosa, hablemos del partido, de qué pasó, de qué hizo este equipo. Lo del árbitro es circunstancial y se equivoca, uno también se equivoca, así que para que pelear.
–¿Cómo se sintió en los días previos a su debut como técnico en primera división?
–Bien, gracias a Dios he estado con mucha tranquilidad, por lo que he hecho las cosas con normalidad durante la semana y no va a variar nada. El único ingrediente es que inauguramos el torneo contra Alajuelense, pero tengo la misma ilusión de jugar así contra todos.
–¿Le recuerda su debut como jugador?
–Claro, también fue contra Alajuela y me metieron cuatro (risas), pero tengo buenos recuerdos. Ahora lo más importante es que mi equipo juegue bien, eso es lo que me obsesiona, el marcador será circunstancial porque defendemos una idea que al final de temporada nos podrá dictar si lo hicimos bien o mal.
–¿Son diferentes las sensaciones ahora que tiene el mando?
–Sí, pero para ser sincero no he tenido mucha ansiedad, he estado tranquilo por el trabajo que hemos hecho en el cuerpo técnico y de lo que hemos planificado para esta temporada. Cuando usted trabaja bien y planifica bien puede dormir tranquilo.
–Dicen que siempre el recién ascendido llega en desventaja con el resto de equipos del campeonato, ¿se siente en desventaja o está satisfecho?
–Estoy satisfecho y no me quejo, porque no voy a poner excusas. Tuvimos casi seis semanas para trabajar, hay otros que tiene un poco más, pero esto es de trabajo y de credibilidad a la hora de que el entrenador se lo transmita a los jugadores.
No tengo miedo ni de ganar ni de perder, ya que mi pelea es para que mi equipo juegue bien, esa es mi lucha y me da miedo que no sea así.
–¿Quiere que hablen tan bien de su equipo como lo hicieron de usted cuando jugaba?
–Correcto, si hay algo que me gusta es vender un buen producto y por eso quiero que digan que Grecia juega bien y defiende el fútbol.
–¿Qué tan difícil ha sido meterles ese chip a los jugadores?
–Eso es lo que transmite el entrenador, ellos son el reflejo del entrenador. Hemos trabajado con una idea para alcanzar los objetivos.
–¿Los jugadores le han comprado la idea?
–Es que es obligatorio, porque no se negocia con Paté y yo no soy tan cambiante en esto, porque los años me dieron la razón. Yo ganaba o perdía y seguía trabajando igual, si perdía trabajaba doble y si ganaba trabajaba doble, entonces no hay espacio para nada más y en eso me baso.
–¿Le da un sabor especial enfrentar a la Liga?
–Sí, le da un sabor especial porque a mí me gustan las cosas difíciles y me preparo para toda ocasión. La Liga es un partido importante, pero van a venir otros partidos importantes.
–¿Va con la famosa ropa azul que usaba en segunda división?
–¿El Azul? Sí, pero tengo un azul nuevo, aunque todavía no entra la etiqueta para mí. Soy novato y tengo que comer zacate. Hay gente que el día del partido llega con traje entero, pero yo todavía estoy en pañales en esto y voy a ir a la cancha como si fuera un jugador, solamente que no me pondré los tacos.
–¿Y los liguistas cómo lo siguen tratando?
–Me tratan bien, yo creo que me quieren. Siempre tengo grandes recuerdos y será una buena oportunidad para reencontrarnos. Me queda desearles suerte y decirles que apoyen a su equipo porque tienen a un gran entrenador.