A pesar de que ya no es un carajillo y de tener bastantes almanaques entre pecho y espalda, cualquiera desearía tener las ganas y el vigor de don Sergio Cerdas, un cartaginés de 76 años, que saca caja con su Toyota Land Cruiser modelo 79, el cual le hace el pique a su dueño.
Le experiencia que acumulan ambos no sale de regalo en una caja de cereal, ya que se necesita mucho brete y paciencia para llegar en buenas condiciones a este punto de la vida.
Hace nueve años don Sergio sobrevivió a una operación a corazón abierto y como salió bien librado de esa dura prueba decidió disfrutar aún más de la vida y cuidar las cosas que le gustan como su chuzo, al que siempre tiene como un ajito para que no se le dañe nada.
En esta nave, a la que llama Poderoso, no hay camino ni obstáculo que valga, ya que su dueño nos contó que se ha metido por cualquier cantidad de caminos, lugares y barriales de los que ha salido sin bronca. Prácticamente ha andado por todo el país en este carro desde que la compró en el año 2000.
–¿Cómo consiguió esta nave?
–Yo tenía un carro igual, pero modelo 76 con el que andaba por todo lado y me gustaba mucho. En ese tiempo trabaja en el plantel del ICE en Cartago y me dijeron que había un señor que quería hablar conmigo y quien me dijo que tenía tiempales de buscar un carro exactamente como ese, yo me quedé extrañado porque no lo estaba vendiendo y le dije que no, pero me insistió tanto que se lo terminé vendiendo. Por dicha quince días después me encontré este cerca de la casa, pregunté y me lo vendieron.
–¿Qué necesitó meterle?
–De todo, el carro estaba muy malito y tuve que chanearlo casi por completo con pintura, chasis, asientos, tapicería, casi que tuve que desarmarlo todo. Dichosamente de motor andaba bien, tiene el original, un 3000 DJ. Cuenta con dirección hidráulica y frenos de disco delanteros.
–¿Lo chinea mucho?
–Claro, en eso paso. Lo cuido mucho, ya que lo paso secando por dentro y por fuera, le paso cera, trapitos y lo llevo a revisar con frecuencia. Todos los sábados le dedico por lo menos mediodía a chanearlo. A este tipo de carros si usted no los chinea se friegan, hay que estar muy atentos porque ya tienen su tiempito (risas).
–¿Le tiene mucho cariño?
–Sin duda, no solo yo, sino toda mi familia. Mi hijo, Sergio, que ahora está grande, aprendió a manejar en este carro a los 12 años y es el primero que brinca si alguien aparece con la idea de comprarlo o llevárselo. El carro tiene un lugar muy especial en la casa.
–¿Para usted es también un proyecto personal?
–Así es, en mi casa hay otros dos carros, pero yo solo ando en este porque es el chineado. Ahora suelo salir mucho a caminar, andar en bicicleta porque me gusta mantenerme muy activo.
–¿No hay camino que se le resista?
–Viera que no, es bastante fuerte, yo le digo el Poderoso, porque es bien bravo. He andado con este carro por Limón, Guanacaste, Puntarenas y Paso Canoas y siempre ha cumplido muy bien. Lo único malo es que en Liberia le robaron el radio, pero eso no fue por culpa del carro (sonríe).
–¿Se lo piropean mucho?
–Bastante, estos carros clásicos le gustan mucho a la gente, me preguntan por el modelo y reconocen que está muy bien cuidado. Además es una salvada porque es bastante económico, consume diez kilómetros por litro.
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¿Cuál es la diferente entre ventilación y aire acondicionado? |
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La ventilación está dada por un soplador que impulsa el aire del ambiente hacia el interior por unos conductos al tablero de instrumentos. El aire acondicionado, adicionalmente, hace pasar el aire del ambiente a través de un evaporador, donde se enfría a una temperatura de entre 0 y 5C, y pierde humedad, brindando así confort al usuario. |