El jugador George Calintaru, de la Juventus de Rumania, recibió a los 96 minutos de juego una oportunidad de oro para empatar el partido contra el todo poderoso Steaua de Bucarest.
La Juventus, un equipo recién ascendido a la primera divisíón de la liga de fútbol de Rumania, perdía en casa 1-2 cuando el árbitro pitó un penal a su favor, sirviendo la mesa para un dramático final del encuentro.
El hombre elegido para enfrentar desde los 11 pasos al portero del Steaua de Bucarest, fue el número 89, George Calintaru.
Sin embargo, el jugador intentó ponerse exquisito con el lanzamiento de penal, al tratar de hacerlo a lo "Panenka", una técnica que consiste en engañar al portero haciéndolo creer que el lanzamiento será fuerte, obligando al guardamenta a escoger un costado, pero en su lugar el cobrador golpea el balón de forma tal que se eleva en una curva e ingresa por el centro del marco.
En lugar de este mítico lanzamiento de penal, a Calintrau lo que le salió fue un vergonzoso tirito sin fuerza, que fácilmente llegó a las manos del portero, quien no tuvo que hacer mayor cosa.
Además de la humillación por el fracasado intento, el jugador debió enfrentar la ira de sus compañeros de equipo quienes de forma colérica lo fueron a encarar.