Desde el torneo anterior, el Santos se volvió la piedra en el zapato del Deportivo Saprissa, un equipo que le complica en cualquier campo y en cualquier fase.
Da le impresión que el empate a cero de este domingo en el Ebal Rodríguez es bueno para el Monstruo.
Los morados venían de tres derrotas al hilo ante el cuadro rojiblanco, un rival al que no le sacaba un punto desde la cuadrangular anterior, cuando empataron a dos en Guápiles.
Hace apenas cinco días fue el último de esos tropiezos en el estadio Saprissa, cuando los dirigidos por Johnny Chaves triunfaron 2-1 ante un cuadro tibaseño plagado de suplentes; sin embargo, el motivo de la derrota de la S no fue esa.
En mayo, Santos ya le había pegado en la Cueva con todo el cuadro titular y durante la primera ronda de la fase regular en el Clausura 2017 le sacó otro triunfo 3-2. Tal vez por todo eso es que muchos llegaron a este partido esperando un poco más de los caribeños.
Se le está exigiendo mucho a los guapileños, pero en realidad son pocos los equipos que pueden rajar de tener solamente una derrota en sus últimos siete enfrentamientos ante el Monstruo, por eso se pensaba que el equipo de Johnny podía dar mucho más.
En dos platos, sin darle mucha vuelta el partido fue un bostezo, marcado por las escasas jugadas ofensivas de ambas partes y cuando las hubo, se fallaron de manera increíble. Un ejemplo fue el mano a mano que tuvo Daniel Colindres ante Alejandro Gómez, a los 35 minutos.
Si Saprissa tuvo una opción clara de anotar fue la del capitán morado, quien con todo el tiempo del mundo para anotar, perdió el duelo contra Gómez, que aguantó, como se dice en los libros, y nunca se vendió ni atarantó al ver a su rival corriendo hacia sus narices.
No hubo otra jugada en el partido como esa, máxime que a Saprissa le hacía falta una extensión tamaño gigante para ver si conectaba la media cancha de su delantera, a la que no le llegaba nada y tenía muy pocas opciones.
Por más que se diga que Marvin Angulo ha tenido un torneo flojo, su ausencia, anunciada poco antes del partido por gripe, le pesó a los morados y Mariano Torres se quedó sin su socio para construir.
Watson salió con la idea de atacar con tres puntas: Colindres, David Ramírez y Jonathan Moya, pero eso no se tradujo en opciones claras y para el segundo tiempo, cuando metieron al hondureño Jerry Bengtson por Moya, más bien el Monstruo perdió fuerza.
Las cosas como son
Las cosas como son, para el salario y el "cartel" con el que llegó el catracho, el puesto le está quedando gigante. De seguir así lo mejor es que tome un avión y le dé el espacio a algún muchacho que pueda crecer en el Monstruo.
En el caso del Santos, perdió la oportunidad de demostrar que su buena racha ante el Monstruo no es casualidad y no pudo salir de sus propios enredos. Se quedó sin el golpe de autoridad que tanto les gusta a los equipos en estas instancias. Algo que sí consiguió Pérez Zeledón ante el Herediano, por citar un ejemplo.
Con Cristian Lagos a la cabeza del ataque, fueron pocas las opciones claras que preocuparon a Kevin Briceño, inclusive, su mayor susto fue cuando en el primer tiempo le devolvieron la pecosa, trató de salir jugando, pero se le hizo un queso y por poco la pierde ante la presión rival.
En la cabeza de Wilmer Azofeifa le quedó una opción frente a marco, en el segundo tiempo, pero no pudo enderezar la pecosa y el remate se fue muy arriba.
Para el Monstruo, el empate no es malo, pero le exige sacar algún punto el otro domingo del Rosabal Cordero, si lo consigue, ojo que se le acomoda mucho el calendario y si Santos le logra sacar algún punto a Pérez Zeledón en el sur, mucho más.