Jonathan McDonald puede decir que va al psicólogo para que lo ayude con sus enojos en la cancha o que los árbitros la tienen contra él, pero todo eso, sea verdad o mentira, no borra que es un jugador que deja a la Liga renca cuando más lo necesita.
El ejemplo más reciente de eso se dio el sábado ante Herediano en el Rosabal Cordero.
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Cuando nadie lo esperaba, el equipo rojinegro le estaba ganado 2-1 a los rojiamarillos, líderes del torneo y quienes llegaban como favoritos al juego.
Para los manudos eran vitales los tres puntos porque habían perdido los dos últimos partidos.
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Se jugaba el tiempo de reposición de la primera parte de esa mejenga, en eso hubo una falta fuerte contra el defensa manudo Dario Alfaro. El jugador quedó en el suelo y llegó Henry Bejarano a ver qué le pasaba, si necesitaba al cuerpo médico o no. Hasta ahí todo bien.
El central no le sacó amarilla al florense Keyner Brown, quien cometió la falta, aunque sí señaló tiro libre a favor de los rojinegros.
En ese momento, de la nada, McDonald se le acercó a Bejarano y algo le dijo, al parecer fue un reclamo porque no sacó la amarilla y en otras jugadas sí (ya dos manudos estaban amonestados en ese momento y ningún florense).
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El árbitro consideró que el reclamo no tenía razón y le sacó una amarilla, algo que no le cuadró al Big Mac, quien siguió reclamando por lo que Bejarano le mostró la segunda tarjeta y de inmediato la roja para mandarlo a ver el segundo tiempo en el camerino.
El gesto de Wílmer López fue de incredulidad por una chiquillada de un futbolista llamado a ser un líder dentro del maltratado camerino manudo.
Al final de la mejenga, Jonathan no dio declaraciones a la prensa.
Tiene cola
Pese a ser el goleador actual de la Liga, con 8 pepinos, los problemas en la cancha han marcado la carrera de McDonald.
El 10 de mayo del 2014, apenas a los 12 minutos del partido de vuelta de la final del torneo Verano, el jugador le mandó un codazo a David Guzmán y por eso vio la roja. El técnico Óscar Ramírez no lo podía creer y la Liga terminó perdieron esa mejenga, 1-0. El título de campeón se quedó en Tibás.
A los tres días fue a un programa de televisión y vaciló con el codazo, desobedeciendo una orden de la directiva que le había pedido no dar declaraciones.
Esa fue la primera vez que el atacante fue declarado transferible por los manudos, que al final lo terminaron perdonando y continuó en el equipo.
En mayo del 2016, luego de perder la final del Verano ante el Team, con global de 3-0, la directiva eriza, encabezada por Raúl Pinto, lo volvió a declarar transferible, aunque en esa ocasión no había dado motivos para que lo separaran. Claro, todo terminó siendo una broma porque a los meses informaron que sí continuaría en el equipo.
Otra de las metidas de patas del famoso Big Mac, fue el zapatazo que le mandó al exmorado Andrés Imperiale, en la final del Invierno 2015 ante Saprissa, cuando la Liga volvió a perder la final.
Y una de las más recordadas fue el penal que falló ante Toluca, en abril del 2014 y que pudo significar el 1-0 para la Liga en las semifinales de la Conchampions, cuando finalmente fueron eliminados.