El polvorín que levantó este martes la salida de Mauricio Montero del cuerpo técnico de Alajuelense dejó como el malo de la película a Wílmer López, técnico del club, quien fue el que pidió la salida de su amigo.
Sin embargo, La Teja supo de una fuente muy confiable y cercana al equipo rojinegro, que Montero no sería tan bonachón como lo aparenta y que es capaz de meterle puñales a alguien como el Pato.
De hecho, pese a ser considerado un ídolo por la afición, no es la primera vez que se habla de la forma de ser de Montero, de quien se dice vende una imagen para la prensa y afición, y tiene otra que no lo deja muy bien parado.
En la Liga ese comportamiento de Montero no es nuevo, al punto que ya había sido separado del cuerpo técnico cuando trabajaba con Manuel Keosseián , en el 2013.
Esa forma de ser hizo que cuando la actual directiva buscó a Wílmer para dirigir al club, el pasado 21 de agosto, le preguntaron al exvolante si estaba seguro de querer al Chunche en su equipo de trabajo.
López, quien considera a Montero su amigo, no dudó en escogerlo, junto al eslovaco Jozef Miso.
Las razones
Según nuestra fuente, una de las razones o "desaveniencias", término usado el martes por Fernando Ocampo, presidente del equipo, cuando habló del tema sin dar detalles, y por las que el Pato pidió sacar a Chunche del cuerpo técnico de la Primera División, es porque desacreditaba las indicaciones que él daba delante de los mismos jugadores, incluso durante los partidos.
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Además, Wílmer es un promotor de darle bola a las ligas menores del equipo, de ahí que desde su llegada, un jugador como Dario Alfaro sea titular.
De hecho, ya se sabe que en caso de que Alajuelense quede eliminado pronto, Pato quiere darle más bola al portero Adonis Pineda para que vaya sumando minutos ante un Patrick Pemberton que tiene contrato con la Liga hasta diciembre del 2018.
Montero no cree en ese proceso y pese a ser un asistente técnico y no el encargado de tomar las decisiones, consideraba que los "viejos" son los que tenían que jugar y no los jóvenes, algo que dejó clarísimo el domingo después del clásico.
Lo del apoyo a los viejos vendría porque Montero fue parte del cuerpo técnico de Óscar Ramírez, entre el 2010 y 2015, donde compartió con futbolistas que aún siguen en el equipo como Pemberton, Jonathan McDonald, José Salvatierra, Cristopher Meneses, Kenner Gutiérrez y Luis Miguel Valle, por citar algunos nombres.
El domingo, al preguntarle al Chunche si en la Liga había jugadores con jerarquía, fue sincero y dijo que no, que quienes tienen eso “juegan en Europa y ganan un montón de plata”, para luego agregar : “Sí hay, pero son los menos y son los que tienen menos oportunidad (porque van de salida)”, señaló Chunche.
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Además dijo, que los jugadores no tenían que ponerse nerviosos.
Esto último se podría interpretar como una crítica a los más nuevos o jóvenes y no a los veteranos, pese a que la idea de la Liga es darle pelota a los chamacos porque son el futuro del club.
Le metía carbón a Miso
Otro de los males de Montero era que no se llevaba bien con Alejandro Villegas, preparador físico de la Liga.
Se dice que Montero dejó de hablarle a Villegas y cuando éste le extendía la mano para saludarlo , el exdefensa no lo saludaba.
También estaba intentando poner a Miso en contra del Pato y Villegas, al punto que el eslovaco llegó a pedirle a López que lo dejara preparar al equipo, algo que Wílmer no aceptó.
Además, los comentarios de Montero habrían influenciado a Miso, quien empezó a llegar a los entrenamientos tarde, algo que atrasaba el inicio de las prácticas diarias.
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Nada que ver
Este miércoles llamamos a Montero para pedirle una reacción a todo esto, aclaró que no tiene problemas con nadie, menos con Wílmer y que él no es un doble cara.
"Hay cosas que me respaldan. Le pueden preguntar a Óscar Ramírez y a Javier Delgado como soy. Doble cara nunca", señaló el griego.
Montero agregó que a él no le gusta que lo vean hablando con directivos y no entiende de dónde y por qué salen esos comentarios.
Le preguntamos a nuestra fuente, desde cuando empezó a empeorar la cosa entre Wílmer y Chunche y nos contestó que las derrotas pusieron todo cuesta arriba.
Recordemos que la Liga ha perdido los últimos cinco partidos, algo que no pasaba desde hace 75 años, y esta noche, en Pérez Zeledón, intentarán evitar la sexta derrota para no poner la cosa más color de hormiga.
Quedará esperar a ver si Wílmer López da su versión del tema o decide callar , porque es el único que hasta el momento no ha dicho nada.