Saprissa salió por primera vez a la Cueva con la negra y espantó tanto a Limón que lo terminó goleando 5 a 2.
Los morados montaron una fiesta en su casa para estrenar su nueva piel, su tercer uniforme, y aunque casi se les mancha con un poco de limón, al final sacudieron bastante la negra y su traje fue perfecto para la ocasión.
En el Ricardo Saprissa la afición empezó a disfrutar desde el pitazo inicial, las primeras risas las sacó el propio árbitro central, Benjamín Pineda, cuando a los 45 segundos de juego pitó una falta y llegó de trasero a la jugada porque se resbaló. Ese es un árbitro que se cholla las nalgas.
Después apareció el buen fútbol y los goles. El primero a los cinco minutos y fue para los de casa, que aprovecharon un jugadón de Daniel Colindres por el costado izquierdo.
El capitán morado se escapó y sacó un centro perfecto para que David Ramírez, quien estaba adelantado, pero no le sancionaron el fuera de lugar, le pusiera con mucha clase su pierna derecha a la pecosa y la mandara al fondo de las redes para decretar el 1-0.
Al caer el primer gol tan rápido, la afición morada juraba que el partido sería fácil, pero nada que ver, muchos todavía estaban celebrando cuando los caribeños respondieron y empataron.
Fue al minuto seis, cuando Andrey Francis se escapó tras un gran pase filtrado de Steven Williams y aprovechó que Kevin Briceño dudó en su salida, lo agarró a medio camino y de zurda pateó para empatar.
En este momento le cayó el estadio encima a Briceño, cada vez que tocaba la bola se llevaba una chiflada monumental.
Al minuto 10 del partido, nadie se acordaba de la nueva camiseta, se olvidaron de ese lindo detalle por algunos minutos porque estaban estresados y era más importante silbarle a su portero para desahogar el colerón.
Ya para el minuto 17, después de un par de buenas intervenciones, más bien lo aplaudían, al igual que reconocían el esfuerzo de Mariano Torres, Heiner Mora y David.
Por lo que volvieron los selfis y las fotos con la nueva camiseta.
Al minuto 20 el árbitro Pineda, casi se jala un tortón porque se hizo un enredo con su guardalínea y no sancionó ni falta, ni fuera de juego, si Saprissa hubiera anotado en esa jugada se le arma un mosquero.
Briceño se terminó de ganar al público con una gran estirada al minuto 32 que evitó el segundo gol de los visitantes, cuando Luis Pérez remató desde fuera del área.
Al minuto 40 ya le ardía el rancho a los caribeños, Mariano Torres casi clava un tiro de esquina olímpico, pero Dexter Lewis la mandó a otro saque de esquina.
Torres lo cobró con pierna izquierda y apareció Daniel Colindres en el primer palo, apenas y raspó la pecosa, pero fue suficiente para que se clavara en el marco y pusiera el dos por uno.
Susto, golazo y fiesta
La segunda parte empezó para el Monstruo con un gran susto, pero terminó el partido en medio de un gran fiestón.
El susto lo metió Johnny Gordon al minuto 47, al aprovechar un enredo de la defensa saprissista que no pudo despejar un tiro de esquina y cuando quedó la bola ahí frente del área pequeña, sin pensarlo mucho se volcó de una forma rarísima y de derecha puso el dos por dos. ¡Qué golazo!
Gordon montó el baile para celebrar y la preocupación regresó a la Cueva.
La salvada para los morados fue que el Sapri logró rápido reponerse del golpe, apenas cinco minutos más tarde Ulises Segura se sacó un pase perfecto de larga distancia y para no desaprovecharlo, Marvin Angulo, la agarró de seguido y cruzada la mandó a guardar en el saco de Dexter para el 3-2.
Para evitar el estrés en Tibás, al 62' llegó el cuarto de los locales cuando se cobró rápido un saque de banda y Colindres agarró mal parada la defensa visitante, se fue con todo y ya entrando al área chica, antes de que llegara barrido Ryan Bolaños, le metió un puntazo al balón y la clavó en el ángulo. Ya iban 4-2.
La Tromba no desmayó y al minuto 77, en una falta jalada del pelo de Heiner Mora sobre Andrey Francis, el árbitro pitó penal.
El mismo Francis agarró el balón para cobrar, pero la voló, pésimo cobro, le metió el pie muy abajo a la pecosa.
Ya con ese fallo la afición dio por un hecho que se sacaba la tarea y se acordaron que el próximo domingo reciben a Alajuelense y le dedicaron algunas canciones, que por censura no podemos transcribir.
Eso sí, es claro que los morados están esperando con ansias la visita del León.
La cereza en el pastel la puso Ramírez con su doblete al minuto 82. David aprovechó una baile que montó Luis Stwart Pérez dentro del área y sacó un centro al segundo palo donde estaba solo y nada más la empujó de derecha para el definitivo 5-2.
Un juego para el recuerdo sin duda, no solo por la goleada, sino por mágico estreno de la negra morada.