Cuando acabó el duelo final por la medalla de oro en el baloncesto femenino entre Heredia y San José, entre los brincos, abrazos y lágrimas en el festejo María José Mora buscó a su hermana Ariana con quien compartió en la cancha durante estos Juegos Nacionales.
El triunfo fue un momento muy especial para compartir y con ingredientes que lo hacen irrepetible, dado que era la única oportunidad con la que contaban las hermanas para abrazar juntas la gloria en la cancha por un tema de edades.
María José tiene 18 años y estas eran sus últimas justas, mientras que para Ariana, de 14, eran las primeras, por lo que no tenían más allá. Jugaron con todo el corazón y las ganas del mundo sin dejarse frenar por ningún obstáculo.
El compromiso de las muchachas era tal, que María José se vino desde México, donde estudia en el Instituo Tecnológico de Monterrey , solo para intentarlo una última vez con el equipo que jugó por tres años en este torneo.
Dichosamente para la mayor de las Mora se encontraba en vacaciones y le dio chance, pero debe regresar el 25 de julio a tierras aztecas para continuar con sus estudios.
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“Fue mi primer año con mi hermanita menor y fue una experiencia demasiado grande y linda, fue mi último año y puedo reconocer que lo disfruté muchísimo”, dijo María José después de fundirse en un abrazo con sus familiares en la gradería oeste del Gimnasio BN Hatillo.
En el caso de la mayor, había ganado dos medallas de plata en sus ediciones anteriores, por lo que este sábado se sacó una espinita pendiente.
Ariana, por su parte, estaba muy satisfecha que el útlimo año de su hermana fuera tan lindo y debutar en los Juegos ganando un oro, lo que no muchos pueden decir.
“Es una alegría que me sale de lo más profundo del corazón, yo le agradezco mucho a ella su apoyo y sus consejos y todo lo que pasamos para estar acá, sabíamos que para ganar era ahora o nunca”, dijo la de 14 años.
Ariana, quien está en octavo año en el colegio Samuel Sáenz , no se cansó de destacar el gran ejemplo que ha significado en su vida su hermana mayor.
Esta familia respira, come y sueña con el baloncesto, el deporte de los aros es toda una tradición en casa. Otros dos hermanos también compitieron en Juegos, mientras que la mamá, Susana Coto, juega al maxibaloncesto, al igual que el papá, Juan Rafael Mora.
“El esfuerzo que ellas han desarrollado es muy grande, una lucha muy grande para conseguir este título, dejan de hacer lo que muchas jóvenes de su edad hacen como salir a divertirse, por entrenar y prepararse, realmente aman este deporte”, dijo el orgulloso tata.
Para el próximo año la tradición de los Mora en los aros continúa, en este ocasión como los campeones defensores y el lindo recuerdo de este 2017