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Hernán Medford no le quita el pie al acelerador del Ferrari rojiamarillo y aunque el Monstruo se le puso de frente este domingo no pudo frenarlo.
A Saprissa apenas le alcanzó para reducirle la velocidad al Team, pero el empate a uno en la Cueva significa que el Herediano va directo a la final, pues ya nadie podrá bajarlo del primer lugar en la tabla de posiciones del Torneo de Apertura.
Los morados ahora tendrán que resignarse y ponerle bonito para ganar la cuadrangular final y forzar que haya final.
El Pelícano podrá ahora darse un paseo en las últimas tres jornadas de la etapa regular, llegó a 47 unidades y solo le queda esperar cuales serán sus rivales en la cuadrangular, a la que solo Saprissa ya tiene el boleto asegurado.
Herediano tienen un maquinón y va invicta después de 19 jornadas disputadas, ahora lo que quiere es romper el récord de 53 puntos en torneos cortos que está en manos de Alajuelense desde el Torneo de Invierno del 2014.
Los actuales campeones nacionales salieron sonriendo de Tibás y eso que no fue su mejor partido, principalmente en la primera parte donde les costó entrar en calor, el Ferrari nada que arrancaba.
Al minuto nueve de juego llegó la primera acción de peligro para los de casa, cuando una bola cayó al área en un tiro de esquina y nadie pudo despejarla, le quedó a David Ramírez en el área chica y como estaba de espaldas se inventó un taquito que se estrelló contra Johnny Acosta.
Fueron 12 primeros minutos muy agradables para los morados, porque el Sapri tenía el control y los visitantes no daban una buena.
Fue hasta el 13 cuando el Team dio señales de vida y empezaron a atacar, esta vez fue con un remate de José Guillermo Ortiz desde fuera del área, que cayó en las manos de Kevin Briceño.
Los minutos seguían pasando y la afición morada estaba desesperada, porque consideraban que merecían ir ganando el partido, pero las malas decisiones en el ataque lo impedían.
Fue al puro final del primer tiempo, en el minuto 43, que gracias al portero del Team, Leonel Moreira, el Monstruo llegó al gol.
Moreira realizó un pésimo saque con su mano, regaló la bola y agarraron mal parada a su defensa, Ramírez se jaló una pared con Marvin Angulo y este último no perdonó, colocando la pecosa lejos de Leonel que salió a tratar de salvar su torta, pero no pudo evitar el 1-0.
El central Hugo Cruz apenas dejó terminar la celebración y terminó la primera parte.
Se volcó la tortilla
En el segundo tiempo se le volcó la tortilla al Sapri, Medford encontró la falla en el Ferrari y pudo arrancarlo.
Al minuto 12, a los heredianos se les paró la peluca cuando Junior Díaz le cometió una falta a Ulises Segura en el puro límite del área. Ulises iba solo y era lo único que le quedaba al veterano lateral, al final le salió bien la jugada porque el tiro libre terminó en nada.
Después Ramírez anotó en fuera de juego. La respuesta florense fue con José Sánchez que entró a hacer loco a la cancha y por poco pellizca un penal.
Al minuto 21 Keyner Brown se jaló un tortón y a partir de ese momento jugó de gratis pues merecía una segunda amarilla por una fuerte falta sobre Joseph Mora de la que Hugo Cruz se hizo el loco.
Tal vez tanto reclamo morado los descontroló y dos minutos más tarde llegó el empate florense.
Elías Aguilar hizo un cambio de juego magistral de derecha a izquierda, Junior corrió la banda y centró como lo hizo ante Italia en el Mundial de Brasil para encontrar a Luis Ángel Landín que dejó botado a Julio Cascante y aprovechó para pegar un cabezazo perfecto e imposible para Kevin Briceño.
El gol lo que hizo fue sacar de quicio a los morados en las graderías.
"Meta al portero por lo menos, pero saque a Ulises", "Haga algo Watson", eran algunas de las frases que se escuchaban.
Al final Briceño y Moreira se hicieron grandes. El morado le ganó un mano a mano a José Guillermo y el Leonel apenas con la yema de los dedos le hizo aire a la bola para que pegara en el palo y saliera tras un remate potente de Cristian Martínez.
Sin duda fue un justo empate, en un buen juego donde Saprissa lo dio todo para intentar frenar ese Ferrari que nadie puede controlar.
