EscucharFulton Arias es un fiebre de los motores, quien logró transformar un chuzo común y corriente en una navezota junto a su grupo de trabajo, pero para conseguirlo tuvieron que ponerle bonito durante ocho meses.
El esfuerzo de Arias valió la pena, ya que sacó una nave de primerísimo nivel, tanto así que ganó el premio del Carro del Año, que realiza la marca Meguiar’s, tras analizar las mejores naves que circulan en el país.
Arias, quien es dueño del Nitro Garage, un taller que tiene como objetivo remodelar y modificar carros para sacar naves de primera categoría. Arias se las sabe todas, ya que al mostrar lo que es capaz de hacer no solo demuestra su creatividad, sino también que su taller es capaz de vender una experiencia a sus clientes.
Este Rambler American, modelo 1968 es un claro ejemplo de su capacidad, ya que le metió mano y lo dejó como un ajito.
El chuzo cuenta con suspensión neumática, puertas suicidas (puertas inversas), sistema de escape cromado hecho a mano, swap de motor 6 en línea de 4.100 centímetros cúbicos modificado con alta compresión, árbol de levas y tren de carbura weber, pintura metal flake, audio tipo Rockford, pantalla de 32 pulgadas, interior personalizado y tablero digital.
Si usted quiere conocer más de cerca esta nave, podrá verla este domingo en Avenida Escazú, ya que estará en exhibición en la Expo Auto Antiguo, junto a otros 180 chuzos que están a la vista desde este sábado.
La Teja le preguntó a Fulton Arias cómo hizo para darle forma a semejante chuzo.
¿Cómo ganaron el premio de carro del año?
Tres jueces pasan viendo los autos y esta ves evaluaron dos carros tipo show. La competencia estuvo muy cerrada, ya que son muy exigentes, por ejemplo, para medir el brillo del carro le pasan una maquinita especial. Ellos se ponen un guante blanco y lo revisan todo.
¿Es un carro solo para exhibición?
Es para exhibición, pero también es para usarlo ya que es bonito que ande en la calle y que la gente lo vea. Además queremos que la gente conozca lo que nosotros hacemos. Cada taller por lo general hace un vehículo que lo representa, el año pasado hicimos el Camino Azul y este año este Rambler, para el otro estamos trabajando en un Hot Rod.
¿Qué le dice la gente cuando ve el carro?
Pregunta cuánto tiempo duré haciendo el carro, qué modificaciones tiene, así como por calidades, garantías y cosas más generales. El producto va dirigido a un público que disfrute los carros y conozca del tema.
¿Cómo hicieron para conseguir las piezas, eran nuevas o restauradas?
Es más barato traer una pieza nueva que restaurarla, además que no queda muy bien. La gente como que le quiere restar valor a que algo sea nuevo o restaurado, pero tiene el mismo mérito. Para este modelo fue todo un reto porque la Rambler dejó de existir en 1983 cuando la compró la Jeep, por lo que no hay repuestos. Este carro es un híbrido, ya que el motor y la suspensión es de un Chevy, hicimos una mezcla de marcas que solo alguien con un ojo muy entrenado se va a dar cuenta cuáles partes no son del carro. El auto no tiene marcas por ningún lado porque la idea era personalizarlo a la imagen del garaje
¿Las piezas las importaron?
La mayoría de cosas que queríamos adaptar las importamos de Estados Unidos.
¿Entre cuántos trabajaron para sacar el carro?
Nosotros trabajamos con el concepto de una agencia de publicidad y cuidamos mucho nuestra marca para diferenciamos del resto. Yo no tengo un taller, sino un garaje que da una experiencia diferente al cliente. Conmigo trabajan los mejores del país, así que cuento en mi equipo con el mejor tapicero, el mejor pintor, porque me he dedicado a buscar lo mejor enc cada área.
¿Tuvieron que correr mucho para sacar el carro?
Un poco, cuando empezamos a trabajarlo al principio no sabíamos que era para el concurso, faltando como cinco meses nos dijeron que si queríamos participar y dije acepté. Durante el último mes le puse una foto mía a mi esposa en la almohada para que se acordara quien era yo, porque no llegaba ni a dormir. Es una locura, ya que hay meses de trabajo y preparación.
¿Todo lo que tiene el carro lo decidió usted?
No, es producto de una lluvia de ideas. Nosotros no podemos llegar a decirle a un especialista cómo hacer su trabajo, acá no hay orgullos ni egos, a mí el pintor me da una recomendación y yo le digo hágale. Así es en todo.
